La vida es como un laberinto con muchos caminos por tomar.
En el diario caminar podemos estrellarnos contra las paredes cuando las circunstancias son difíciles. Pero hay que tomar una actitud positiva y de desapego. Nada ganamos angustiándonos, preocupándonos y torturándonos con los problemas.
Para cualquier dificultad en la vida existe una razón que muchas veces escapa a nuestra perspectiva y no entendemos en el momento. No podemos entender el porqué de todas las paredes del laberinto, a menos que nos elevemos y veamos la figura completa.
La vida es un aprendizaje permanente: todo estudiante recibe primero la lección y luego los problemas por resolver. En la vida real es al revés: primero nos dejan problemas para resolver y luego debemos deducir la lección. De la misma forma, como la tensión durante un examen, hace que baje nuestro rendimiento, la vida nos prueba que la mejor forma de rendir bien es con desapego y una buena actitud.
¿Por qué es tan difícil enfrentar los problemas con una actitud positiva?
Por la distancia entre usted y el problema. Imagínese que va en patines y remolcado por un auto. Si tiene la cuerda muy corta entre usted y el auto, seguramente no verá con anticipación los baches en la pista y se golpeará.
En cambio si usted es remolcado por un auto con una soga larga, verá los baches y podrá esquivarlos. Lo mismo ocurre en la vida: mientras más distancia tomemos y tengamos más soga entre nosotros y los problemas, podremos tener la libertad para escoger nuestra respuesta y evitar los golpes.
El estrés, el trabajo exagerado, la falta de tiempo para descansar, para la familia y para desarrollar actividades espirituales; en suma el estar desbalanceado, acorta la soga y nos quita libertad para responder.
Si llegamos del trabajo con estrés y nuestro hijo comete una travesura, reaccionamos desproporcionadamente, haciéndole daño a quien más queremos.
Cuando estamos tensos y con sobrecarga de trabajo en la oficina y un colega nos hace una crítica, explotamos. Así creamos un clima contraproducente y afectamos las relaciones interpersonales.
Dedíquele tiempo a la persona más importante de tu vida: usted.
Alargue su soga ante los problemas, balanceando su vida.
Autor: Anónimo
"Todo estudiante recibe primero la lección y luego los problemas por resolver. En la vida real es al revés: primero nos dejan problemas para resolver y luego debemos deducir la lección"
La vida nos prueba una y otra vez, que la mejor forma de hacer las cosas bien es con desapego y una buena actitud. Nada ganamos angustiándonos, preocupándonos y torturándonos con los problemas. Cada problema necesita la mejor solución desde una clara perspectiva y objetividad.
Mientras más distancia tomemos entre nosotros y los problemas, podremos tener la libertad para decidir nuestra respuesta y minimizar los errores. Además, mejoraremos nuestro entorno y relaciones interpersonales.
En el diario caminar podemos estrellarnos contra las paredes cuando las circunstancias son difíciles. Pero hay que tomar una actitud positiva y de desapego. Nada ganamos angustiándonos, preocupándonos y torturándonos con los problemas.
Para cualquier dificultad en la vida existe una razón que muchas veces escapa a nuestra perspectiva y no entendemos en el momento. No podemos entender el porqué de todas las paredes del laberinto, a menos que nos elevemos y veamos la figura completa.
La vida es un aprendizaje permanente: todo estudiante recibe primero la lección y luego los problemas por resolver. En la vida real es al revés: primero nos dejan problemas para resolver y luego debemos deducir la lección. De la misma forma, como la tensión durante un examen, hace que baje nuestro rendimiento, la vida nos prueba que la mejor forma de rendir bien es con desapego y una buena actitud.
¿Por qué es tan difícil enfrentar los problemas con una actitud positiva?
Por la distancia entre usted y el problema. Imagínese que va en patines y remolcado por un auto. Si tiene la cuerda muy corta entre usted y el auto, seguramente no verá con anticipación los baches en la pista y se golpeará.
En cambio si usted es remolcado por un auto con una soga larga, verá los baches y podrá esquivarlos. Lo mismo ocurre en la vida: mientras más distancia tomemos y tengamos más soga entre nosotros y los problemas, podremos tener la libertad para escoger nuestra respuesta y evitar los golpes.
El estrés, el trabajo exagerado, la falta de tiempo para descansar, para la familia y para desarrollar actividades espirituales; en suma el estar desbalanceado, acorta la soga y nos quita libertad para responder.
Si llegamos del trabajo con estrés y nuestro hijo comete una travesura, reaccionamos desproporcionadamente, haciéndole daño a quien más queremos.
Cuando estamos tensos y con sobrecarga de trabajo en la oficina y un colega nos hace una crítica, explotamos. Así creamos un clima contraproducente y afectamos las relaciones interpersonales.
Dedíquele tiempo a la persona más importante de tu vida: usted.
Alargue su soga ante los problemas, balanceando su vida.
Autor: Anónimo
"Todo estudiante recibe primero la lección y luego los problemas por resolver. En la vida real es al revés: primero nos dejan problemas para resolver y luego debemos deducir la lección"
La vida nos prueba una y otra vez, que la mejor forma de hacer las cosas bien es con desapego y una buena actitud. Nada ganamos angustiándonos, preocupándonos y torturándonos con los problemas. Cada problema necesita la mejor solución desde una clara perspectiva y objetividad.
Mientras más distancia tomemos entre nosotros y los problemas, podremos tener la libertad para decidir nuestra respuesta y minimizar los errores. Además, mejoraremos nuestro entorno y relaciones interpersonales.
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