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En Un Bar De Tokio (699)

05 noviembre 2010

El periodista japonés me hace la pregunta de siempre:

-¿Y cuáles son sus escritores favoritos?

Yo doy la respuesta de siempre:

- Jorge Amado, Jorge Luis Borges, William Blake, y Henry Miller.

La traductora me mira asombrada:

-¿Henry Miller?

Pero enseguida se da cuenta de que su papel no es el de hacer preguntas, y sigue con su trabajo. Al final de la entrevista, quiero saber por qué se sorprendió tanto de mi respuesta. Le digo que aunque Henry Miller no sea hoy quizá un escritor “políticamente correcto,” a mí me abrió las puertas a un mundo gigantesco. Sus libros tienen una energía vital que pocas veces podemos encontrar en la literatura contemporánea.

-No critico a Henry Miller; soy también admiradora suya –responde ella–. ¿Sabía usted que estuvo casado con una japonesa?
Por supuesto: no me avergüenzo de ser un fanático y de intentar saberlo todo acerca de la vida de mis ídolos. Fui a una feria de libros sólo para encontrarme con Jorge Amado, viajé 48 horas en autocar para conocer a Borges (cosa que al final, por culpa mía, no ocurrió: en cuanto lo vi, me quedé paralizado y no pude decir nada), llamé al timbre de la portería de John Lennon en Nueva York (el portero me dijo que dejara una carta explicando el porqué de mi visita, y que Lennon ya me llamaría, algo que jamás sucedió). Tenía la intención de ir a Big Sur para ver a Henry Miller, pero falleció antes de que yo pudiese conseguir el dinero para el viaje.

-La japonesa se llama Hoki -respondo orgulloso–. Sé también que en Tokio existe un museo dedicado a las acuarelas de Miller.

-¿Le gustaría conocerla esta noche?

¡Vaya una pregunta! Pues claro que me gustaría estar cerca de alguien que convivió con uno de mis ídolos. Me imagino que recibe visitas de todo el mundo, solicitudes de entrevista... Al fin y al cabo, estuvieron casi 10 años juntos. ¿No resultará muy difícil pedirle que pierda su tiempo con un simple admirador de su marido? Pero si la traductora dice que es posible, podemos confiar en ella. Los japoneses siempre cumplen su palabra.

Aguardo con ansiedad durante el resto del día, subimos a un taxi, y todo comienza a parecer extraño. Nos paramos en una calle donde nunca debe de dar el sol, ya que por encima pasa un viaducto. La traductora señala un bar vulgar y corriente en el segundo piso de un edificio que se está cayendo a pedazos.

Subimos las escaleras, entramos en el bar, completamente vacío, y allí está Hoki Miller.

Disimulando mi sorpresa, intento exagerar mi entusiasmo por su ex-marido. Ella me conduce a una sala que hay al fondo, donde ha creado un pequeño museo: algunas fotos, dos o tres acuarelas firmadas, un libro con dedicatoria, y nada más. Me cuenta que lo conoció cuando hacía el doctorado en Los Ángeles y, para ganarse la vida, tocaba el piano en un restaurante, cantando canciones francesas (en japonés). Miller fue allí a cenar, le encantaron sus canciones (había pasado gran parte de su vida en París), salieron unas cuantas veces juntos, y él le propuso matrimonio.

Observo que en el bar donde nos encontramos hay un piano, como si ella quisiera volver al pasado, al día en que se conocieron. Me cuenta anécdotas deliciosas de su vida en común, de los problemas debidos a la diferencia de edad entre los dos (Miller tenía más de 50 años; Hoki no había cumplido 20), del tiempo que pasaron juntos. Me explica que los herederos de otros matrimonios se quedaron con todo, hasta con los derechos de autor. Pero eso no tiene importancia: lo que ella vivió está más allá de la compensación financiera.

Le pido que toque la misma música que, muchos años atrás, tanto atrajo a Miller. Ella lo hace con lágrimas en los ojos, y canta “Hojas Muertas” (Feuilles Mortes).

La traductora y yo nos sentimos conmovidos. El bar, el piano, y el eco, en las paredes desnudas, de la voz de Hoki, a quien no le importa la gloria de las otras ex-mujeres, ni los ríos de dinero que deben generar los libros de Miller, ni la fama mundial de la que podría estar disfrutando.

“No valía la pena luchar por la herencia: bastó el amor” dice al final, entendiendo lo que sentíamos. Sí, por la completa ausencia de amargura o rencor, comprendo que bastó el amor.


Autor: Paulo Coelho
Guerrero de la Luz Online



Que la base de tu vida sea tolerancia, compresión y un amor verdadero.

Encuentra esa persona que necesitas en tu vida y ámala con todo tu ser, aunque tal vez para los ojos del resto del mundo no sea el ideal de una relación estable.

Te Pido Que Me Escuches (690)

04 octubre 2010

Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a aconsejarme, no estás haciendo lo que te pido.

Cuando te pido que me escuches y tú empiezas a decirme que yo no debería sentirme así, no estás respetando mis sentimientos.

Cuando te pido que me escuches y tú piensas que debes hacer algo para resolver mi problema, estás decepcionando mis esperanzas:

¡Escúchame!

Todo lo que pido es que me escuches, no que me hables ni que te tomes molestias por mí.

Escúchame, sólo eso.

Es fácil aconsejar, pero yo soy capaz; tal vez me encuentre desanimado y con problemas, pero no soy incapaz.

Cuando haces por mí lo que yo mismo puedo y tengo necesidad de hacer, no estás haciendo otra cosa que atizar mis miedos y mi inseguridad.

Pero cuando aceptas simplemente que lo que siento me pertenece a mí, por muy irracional que sea, entonces no tengo por qué tratar de hacerte comprender más, y tengo que empezar a descubrir lo que hay dentro de mí.


Autor: R. O´Donnell
El mosaico de la misericordia.



Intentemos mejorar, escuchar sin juzgar, sin interrumpir, dejando que se expliquen hasta el final y no solo con los oídos también hay que saber escuchar con la mirada y el corazón.

Frases Para Mejorar La Comunicación Familiar (689)

01 octubre 2010

1. Te Amo: Ningún ser humano puede sentirse realmente feliz hasta escuchar que alguien le diga: "te amo". Atrévete a decirlo a la otra persona, a tu cónyuge, a tus padres, a tus hermanos, a tus hijos, si es que nunca lo has hecho, haz la prueba y verás el resultado.

2. Te Admiro: En la familia, cada miembro tiene alguna cualidad o habilidad que merece reconocimiento: Todos, en algún momento, sentimos la necesidad de que se nos reconozca algún logro o meta alcanzada... ¿Cuándo fue la última vez que le dijiste esto a alguien?

3. ¡Gracias!: Una necesidad básica del ser humano es la de ser apreciado. No hay mejor forma de decir a una persona que es importante lo que hace por nosotros, que expresarle un ¡gracias!, no en forma mecánica, sino con pleno calor humano.

4. Perdóname, me equivoqué: Decir esto no es tan fácil, sin embargo, cuando cometas un error que ofenda o perjudique a otras personas, aprende a decir con madurez: "perdóname, me equivoqué".

5. Ayúdame, te necesito: Cuando no podemos o no queremos admitir o expresar nuestra fragilidad o necesidad de otros, estamos en un grave problema. No te reprimas. Pide ayuda! Que también son muy importantes las palabras.

6. ¡Te escucho... háblame de tí! ¿Cuántas veces le has dicho a algún miembro de tu familia: "A ver, háblame, qué te pasa?". Tal vez muchos problemas y mal entendidos se resolverían si tan sólo escuchásemos lo que nos tratan de decir.

7. Eres especial!!!: Es importante hacerles saber a tus seres queridos, cuanto ellos significan para tí.


Autor: Anónimo



Frases para fortalecer en la vida diaria no solo en la familia, para decírlas y escucharlas, para sentirse querido, apreciado, para entendernos, buscar soluciones y no agrandar los problemas antes de darnos por vencidos y encontrar la tranquilidad en nuestro interior.

Dejemos una buena huella en los otros porque los otros somos también nosotros mismos.

El Matrimonio Es... (582)

19 enero 2010

Un don de amor que se construye cada día.

El punto de partida de una vida en común.

Un acto de gran confianza.

Un ayudarse a caminar.

Una sintonía que necesita tiempo, constancia, confianza y fidelidad para realizarse!

Compromiso que implica responsabilidades recíprocas.

Un "SI" que tiene que durar toda una vida!


Autor: Anónimo



Con vocación matrimonial o no, es indispensable en cualquier relación de pareja cumplir la máxima de Ammunni Bala Subramanian: "Para tener un matrimonio feliz, se necesita tener madurez intelectual, económica y emocional"

El Ingrediente Secreto De Marta (553)

26 diciembre 2009

Cada vez que Ben pasaba por la cocina, se irritaba. Era por aquel pequeño envase de metal que se encontraba en la repisa, encima de la estufa de Marta. Es probable que no lo hubiera irritado o que ni siquiera hubiera notado su presencia si Marta no le hubiese dicho en repetidas ocasiones que nunca debía tocarlo.

La razón, decía, es que contenía una "hierba secreta" de su madre, y como no había manera de reponerla, se preocupaba si Ben u otra persona lo levantaba y miraba en su interior, porque podrían dejarlo caer accidentalmente y esparcir su valioso contenido.

En realidad, el envase no tenía nada especial. Por su antigüedad, gran parte de sus colores originales, rojo y oro, se habían desvanecido. Podía saberse por dónde lo habían asido una y otra vez cuando lo levantaban y retiraban su apretada tapa.

No sólo los dedos de Marta lo habían asido así, sino los de su madre y los de su abuela. Marta no estaba segura, pero quizás incluso su bisabuela había usado el mismo envase y su "hierba secreta".

Lo único que Ben sabía a ciencia cierta era que, poco después de la boda con Marta, su madre le había traído el envase y le había dicho que usara su contenido tan amorosamente como ella lo había utilizado.

Y lo hizo, fielmente. Ben nunca vio que Marta cocinara un plato sin tomar el envase de la repisa y espolvorear un poquitín de "hierba secreta" sobre los ingredientes.

Incluso cuando horneaba tortas y galletas, veía que les añadía una pizca de esa hierba antes de introducirlas en el horno.

Cualquiera que fuese su contenido, era seguro que surtía efecto, pues Ben creía que Marta era la mejor cocinera del mundo. Y no era el único en opinar así: todos los que alguna vez comían en su casa, alababan extraordinariamente su arte culinario.

Pero, ¿por qué no permitía que Ben tocara aquel pequeño envase? ¿Sería verdad que temía que su contenido se esparciera? ¿Y cómo era aquella "hierba secreta"?

Era tan fina que, cuando Marta la espolvoreaba sobre la comida que estaba preparando, Ben no podía determinar su textura. Era obvio que tenía que utilizar muy poca, pues no tenía cómo llenar de nuevo el envase.

De alguna manera, Marta consiguió que durara más que los treinta años que llevaba de matrimonio hasta entonces. Nunca dejó de producir el maravilloso efecto de hacer agua la boca.

Ben sentía cada vez más su tentación de mirar el contenido de aquel envase, así fuese una sola vez, pero nunca llegó a hacerlo.

Un día, Marta enfermó. Ben la llevó al hospital, donde tuvo que permanecer toda la noche. Cuando regresó a casa, se sintió muy solo. Marta nunca había pasado la noche afuera.

Cuando se aproximaba la hora de cenar, se preguntó qué haría: a Marta le agradaba tanto cocinar que él nunca se preocupó por aprender a hacerlo.

Cuando entró a la cocina para ver qué había en el refrigerador, el envase de la repisa apareció de inmediato ante sus ojos. Se sintió atraído hacia él como un imán.

Apartó de inmediato la vista, pero una mortificante curiosidad lo hizo regresar. ¿Qué había en aquel envase? ¿Por qué no debía tocarlo? ¿Como era la "hierba secreta"? ¿Cuánto quedaba?

Ben apartó la vista de nuevo y levantó la tapa de un molde para torta que estaba sobre el mostrador de la cocina. Ahhh... quedaba más de la mitad de una de aquellas tortas deliciosas de Marta.

Cortó un buen trozo, se sentó a la mesa de la cocina y no había terminado el primer bocado cuando sus ojos regresaron al envase. ¿Qué mal podría hacer mirando en su interior? ¿Por qué tanto secreto con aquel envase?

Tomó otro bocado mientras se debatía consigo mismo... ¿debía hacerlo o no? Cinco grandes mordiscos después todavía estaba pensando en ello, mientras miraba fijamente el envase. Por último, no pudo resistir.

Atravesó lentamente la cocina, y con el mayor cuidado, tomó el envase de la repisa, temiendo ¡horror de horrores! esparcir el contenido mientras le echaba un vistazo.

Colocó el envase sobre el mesón, y con mucho cuidado levantó la tapa. ¡Casi temía mirar en su interior! Cuando pudo ver bien, sus ojos se abrieron desmesuradamente... el envase estaba vacío, con excepción de un pequeño trozo de papel doblado en el fondo.

Ben trató de alcanzarlo; su mano grande y tosca luchaba por entrar. Lo tomó con cuidado por una esquina, lo retiró y lo abrió lentamente bajo la lámpara de la cocina.

Contenía una pequeña nota garabateada y Ben reconoció de inmediato la escritura de su suegra. Decía sencillamente: "Marta, a todo lo que hagas, añádele una pizca de amor".

Ben tragó saliva, colocó la nota y el envase en su lugar y regresó en silencio a terminar su torta. Ahora sí comprendía por qué era tan deliciosa.


Autor: Anónimo



Que monumental fórmula, con tan poco sacrificio y tan a la mano: Añadir a todo lo que se haga, una pizca de amor.

En Busca De La Pareja Perfecta (525)

08 octubre 2009

Erase una vez una muchacha de nombre Nadia, cuya belleza atraía a todos los que la conocían. A pesar de ello, Nadia se sentía muy sola. Tras la alegría del primer encuentro con sus pretendientes, les encontraba defectos. Entonces, sentía que su amor se marchitaba y seguía anhelando su ideal de pareja perfecta.

Un día, Nadia oyó hablar de un sabio que a todos conmovía con sus palabras. Aquella noche, decidió consultarle su problema.

"Tal vez -se decía- me pondrá en el camino de ese hombre ideal que sueño".

A la mañana siguiente, llegó hasta él y, tras exponerle su mala suerte, le dijo: - Necesito hallar la pareja perfecta. ¿Qué podéis decirme? Una persona como usted, sin duda, habrá encontrado la pareja perfecta.- Aquel anciano, mirando a Nadia con brillo intenso en sus ojos, le dijo:

- Pasé mi juventud buscando a la mujer perfecta. En Egipto, encontré a una mujer bella e inteligente, pero era muy inconstante y egoísta. En Persia, conocí a una mujer que tenía un alma buena y generosa, pero no teníamos aficiones en común… Y así una mujer tras otra. Al principio, me parecía haber logrado "el gran encuentro", pero, pasado un tiempo, descubría que faltaba algo que mi alma anhelaba. Fueron transcurriendo los años hasta que de pronto, un día…- dijo el anciano haciendo una emocionada pausa, -la vi, resplandeciente y bella. ¡Allí estaba la mujer que yo había buscado toda mi vida!

-¿Y qué pasó? ¿Te casaste con ella?- replicó entusiasmada la joven Nadia.

- Al final… la unión no pudo llevarse a cabo.

-¿Por qué?, ¿por qué?-

- Porque al parecer – le dijo el anciano con un gran brillo en sus ojos, -ella buscaba la pareja perfecta…-


Autor: José María Doria
Cuentos para aprender a aprender



La pareja ideal es la que no idealizas. A quien no le atribuyes características que tal vez ni siquiera tú llegas a tener y está dispuesta a formar un vinculo con responsabilidad y la mejor predisposición, con sus virtudes y defectos pero con tolerancia, honestidad y comunicación.

El Mito De Lo Andrógino (360)

26 abril 2009

Muchas veces habrás escuchado una teoría que interpreta el amor como una fuerza que empuja a una persona a buscar su complemento psicológico en la relación de pareja con otra persona (su "media naranja").

Para apoyar tal teoría se suele aludir al mito del andrógino que el filósofo ateniense Platón explica en su obra El Banquete.

Te habrán contado, pues, probablemente, muchas veces, que Platón nos relata cómo en otro tiempo existía una clase particular de ser humano que se llamaba andrógino; este ser reunía en sí a los dos sexos: el sexo femenino y el sexo masculino.

Los seres humanos tenían formas redondeadas: la espalda y los costados colocados en círculo. Contaban con cuatro brazos, cuatro piernas, dos rostros y una sola cabeza.

Tales cuerpos resultaban muy vigorosos y concibieron la idea de combatir a los dioses. Zeus, entonces, planeó un medio para debilitar a los seres humanos: dividirlos en dos. Desde entonces los humanos tuvieron que caminar sólo con dos piernas. Hecha esta división, cada mitad hace esfuerzos para encontrar a su otra mitad.

Cada uno de nosotros, dice Platón, no es más que una mitad de ser humano, que ha sido separada de su todo como se divide una hoja en dos.

En el desarrollo de la cultura occidental posterior a la cultura griega se ha utilizado el mito del andrógino descrito por Platón para justificar la necesidad de complementación psicológica que los varones y las mujeres tienen entre sí.

Para establecer una relación de pareja, se afirma, un varón necesita a una mujer; y una mujer necesita a un varón. Implícita, o explícitamente, se eliminan otras relaciones de pareja: si un varón, por ejemplo, no busca una complementación en una relación con una mujer, se afirma, le faltaría algo. Y aquí se vuelve a apelar a la necesidad mutua que los varones y las mujeres tienen entre sí señalada por el mito del gran filósofo ateniense.

Lo paradójico es que en el mito del andrógino descrito por Platón la clase de andrógino compuesto por un cuerpo de hombre y un cuerpo de mujer sólo es una de las tres clases que enumera Platón.

El filósofo de Atenas nos habla además de un andrógino compuesto - antes de la separación - por dos cuerpos de hombre. También nos habla de un andrógino compuesto - antes de la separación - por dos cuerpos de mujer.

Así, siguiendo el mito completo, después de la separación que como castigo aplicó Zeus, unos varones buscan a su mitad, que son mujeres. Unas mujeres buscan a su mitad, que son varones. Unos hombres buscan a su mitad, que son también hombres. Y otras mujeres buscan a su mitad, que son también mujeres. Dice Platón:

«A las mujeres, que provienen de la separación de las mujeres primitivas, no llaman la atención los hombres y se inclinan más a las mujeres; a esta especie pertenecen las tribales. Del mismo modo, los hombres que provienen de la separación de los hombres primitivos, buscan el sexo masculino... Si se casan y tienen familia, no es porque la naturaleza los incline a ello, sino porque la ley los obliga» (PLATÓN, Simposio (Banquete) o de la Erótica, ed. F. Larroyo, Mexico, 1979, p. 364).

En conclusión: el mito del andrógino que Platón desarrolla supone una explicación -como todo mito - vital y emocional de las relaciones de pareja tanto heterosexuales, como homosexuales.

Una cultura heterosexista, sin embargo, lo ha utilizado para dar validez sólo a las relaciones heterosexuales, y, no pocas veces, incluso, como arma arrojadiza contra las relaciones homosexuales. En este último caso resulta llamativo que se utilice un texto de Platón contra un tipo de relaciones que el propio filósofo exaltaba y mantenía.

Un ejemplo de distorsión del sentido del texto de Platón se encuentra en el libro de filosofía de primero de bachillerato LOGSE de la editorial Edebé, editado en Barcelona en 1998. En la página 89 al explicar el origen de la necesidad del amor se afirma que el mito del andrógino de Platón es una de las explicaciones más populares.

Y en vez de seleccionar un párrafo de El Banquete de Platón, se selecciona un texto de Octavio Paz de su obra La Llama Doble. Octavio Paz sólo explica la necesidad de complementarse que experimentan las parejas de hombre-mujer, y olvida una vez más que la misma necesidad afecta a las parejas de hombre-hombre y mujer-mujer, alterando así el sentido original del texto de Platón.


Autor/Fuente: www.islaternura.com



Explicar el origen de la necesidad del amor entre hombre-mujer, hombre-hombre y mujer-mujer por Platón tal vez si sea solo un mito. Desde luego es algo real que existe desde que se tiene memoria histórica y que hoy en día todavía no está totalmente aceptado. Platón demuestra una vez más que era un sabio.

Polos Opuestos (336)

02 abril 2009

Circunstancias en determinadas situaciones, nos llevan a actos inocentes que aparentemente no tienen ninguna consecuencia, y que en realidad son factores que pueden acabar con la más pura esencia de los sentimientos, ya que cada persona tenemos un diferente enfoque, un corazón, un sentimiento y una manera de ver las cosas que difiere enormemente de persona a persona.

Es difícil aclarar una situación cuando se ha caído en tal circunstancia, factores opuestos, opiniones encontradas, motivos que tienen y a la misma vez no tienen una razón, soluciones jamás encontradas, en donde realmente nadie tiene la razón.


Autor: Anónimo



Los polos opuestos no es que se atraigan, sino que se pueden complementar mutuamente.

El éxito de las relaciones es conocernos y reconocer a los demás. Hay que comprender hasta donde podemos exigir y hasta donde somos capaces de llegar o dar por amor. Siempre respetando al otro y su espacio vital, exponiéndonos tal cual somos.


De Amor Y De Luz (329)

26 marzo 2009

Los pasajeros del ómnibus, la observaron compasivamente cuando la atractiva joven del bastón blanco subió con cuidado los escalones. Le pagó al conductor y, usando las manos para percibir la ubicación de los asientos, caminó por el pasillo y encontró el asiento que, según él le había dicho, estaba vacío. Luego se acomodó, colocó su maletín sobre las rodillas y apoyó el bastón contra su pierna.

Hacía un año que Susan, de treinta y cuatro años, se había quedado ciega. Debido a un diagnóstico equivocado, había perdido la vista, y de repente se había sentido arrojada a un mundo de oscuridad, rabia, frustración y auto conmiseración. Dado que antes había sido una mujer orgullosamente independiente, ahora Susan se sentía condenada, por esta terrible vuelta del destino, a ser una carga impotente y desvalida para todos los que la rodeaban. “¿Cómo pudo pasarme esto?”, se quejaba, con el corazón lleno de cólera. Pero a pesar de cuanto llorase o despotricase o rezara, ella sabía cuál era la dolorosa verdad: Nunca más volvería a ver.

Una nube de depresión se cernía sobre el espíritu de Susan, antes tan optimista. El solo hecho de vivir cada día era un ejercicio de frustración y cansancio. Y sólo podía aferrarse a su esposo, Mark.

Mark era un oficial de la Fuerza Aérea, y amaba a Susan con todo su corazón. Al perder ella la vista, notó cómo se hundía en la desesperación y decidió ayudarla a reunir las fuerzas y la confianza necesarias para volver a ser independiente. La experiencia militar de Mark, lo había entrenado muy bien para manejar situaciones delicadas, pero él sabía que aquella era la batalla más difícil que iba a enfrentar.

Finalmente, Susan se sintió preparada para volver a su trabajo, ¿pero como llegaría hasta allí? Acostumbrada a tomar el ómnibus, pero ahora estaba demasiado asustada como para ir por la ciudad por sí sola. Mark se ofreció a llevarla en el auto todos los días, aún cuando trabajaban en extremos opuestos de la ciudad. Al principio, esto reconfortó a Susan y cubrió la necesidad de Mark de proteger a su esposa ciega, que se sentía tan insegura para realizar la acción más insignificante. Sin embargo, Mark pronto se dio cuenta de que ese arreglo no funcionaba... Era problemático y costoso. “Susan tendrá que empezar a tomar el ómnibus de nuevo”, admitió ante sí mismo. Pero sólo pensar en mencionárselo lo hacía estremecer. Ella todavía estaba tan frágil, tan llena de rabia. ¿Cómo reaccionaría?

Tal cómo Mark había previsto, Susan se horrorizó ante la idea de volver a tomar el ómnibus.

-¡Estoy ciega!- explicó con amargura -. ¿Cómo se supone que voy a saber adónde me dirijo?

Siento que me estás abandonando.

A Mark se le rompió el corazón al oír esas palabras, pero él sabía lo que debía hacerse. Le prometió a Susan que, por la mañana y por la noche la acompañaría en el ómnibus todo el tiempo que fuera necesario hasta que ella se sintiera segura.

Y eso fue exactamente lo que ocurrió. Durante dos semanas enteras, Mark con uniforme militar y todo, acompañó a Susan en el viaje de ida y vuelta al trabajo. Le enseñó cómo apoyarse en sus otros sentidos, en especial el oído, para determinar dónde se encontraba y cómo adaptarse a su nuevo entorno.

La ayudó a trabar amistad con los conductores, quienes se ocuparían de ella y le guardarían un asiento. La hizo reír, incluso en aquellos días no tan buenos en que tropezaba al bajar del ómnibus, o tiraba su maletín lleno de papeles en el pasillo.

Todas las mañanas hacían el recorrido juntos y Mark tomaba un taxi para volver a su oficina.

Aunque esta rutina resultaba más cara y cansada que la anterior, Mark sabía que sólo era cuestión de esperar un tiempo más antes que Susan estuviera capacitada para viajar en ómnibus por su cuenta.

Creía en ella, en la Susan que él había conocido antes de que perdiera la vista, la que no le temía a ningún desafío y jamás se rendía.

Por fin, Susan decidió que estaba lista para hacer el intento de viajar sola. Llegó la mañana del lunes y, antes de irse, ella abrazó a Mark, su compañero de viajes en ómnibus, su esposo, y su mejor amigo.

Tenía los ojos llenos de lágrimas de gratitud por su lealtad, su paciencia, su amor. Se despidieron y, por primera vez, cada uno tomó un camino distinto.

Lunes, martes, miércoles, jueves... todos los días le fue muy bien, y Susan jamás se sintió mejor. ¡Lo estaba haciendo! Estaba yendo a trabajar por su cuenta.

El viernes por la mañana, Susan tomó el ómnibus como de costumbre. Al pagar el boleto, el conductor le dijo:

- Caramba, de veras la envidio.

Susan, no supo si le estaba hablando a ella o no.

Después de todo, ¿quien iba a envidiar a una ciega que había encontrado el coraje de vivir durante el año anterior? Intrigada preguntó al conductor:

- ¿Por qué dice que me envidia? -

- El conductor respondió:

- ¿Sabe? Todas las mañanas durante la semana pasada, un caballero de muy buen aspecto, con uniforme militar, ha estado parado en la esquina de enfrente, observándola mientras usted baja del ómnibus. Se asegura que cruce bien la calle y la vigila hasta que entra en su edificio de oficinas. Luego le tira un beso, le hace un pequeño gesto de saludo y se va. Usted es una mujer afortunada.

Lágrimas de felicidad rodaron por las mejillas de Susan. Porque aunque ella no podía verlo físicamente siempre había sentido la presencia de Mark. Era afortunada, muy afortunada, pues él le había hecho un regalo más poderoso que la vista, un regalo que ella no necesitaba ver para creer en su existencia... El regalo del amor que puede llevar la luz donde ha habido oscuridad.


Autor: Sharon Wadja
Del Libro "Chocolate caliente para el Alma de la Pareja"



Todo acto de amor es un acto de sacrificio, por desear y favorecer el progreso de la pareja, que además fortalece la propia vida.

Cuidar La Relación (327)

24 marzo 2009

Un experto en terapia familiar me aseguró que lo grave de muchas relaciones no radica en los conflictos que afrontan sino en estas dos actitudes negativas:

1. La incapacidad de muchos para reconocer sus errores y buscar ayuda. Se creen perfectos y culpan a su pareja de los males.

2. La inmadurez y la inconstancia para manejar los problemas. Esperan soluciones cómodas e inmediatas. Yo estuve de acuerdo con su diagnóstico y me permití agregarle otras dos razones:

3. La nula o pobrísima vida espiritual de las parejas. Carecen de energía interior porque su espiritualidad es de papel.

4. El pobre papel que desempeñan los parientes: Se parcializan, dan como única salida la separación y juzgan sin discernir.

Conviene que meditemos sobre estos dos puntos porque es alarmante el número de fracasos que se podían haber evitado.

Y hay otro punto para resaltar. Pocas parejas cuidan su relación y previenen los problemas. No, viven de la inercia y, claro, toda planta se muere sin cuidados diarios.

¡Qué pena, somos reactivos en lugar de ser proactivos!


Autor: Gonzalo Gallo González



Intentar reforzar la relación conlleva construirla, cuidarla y esforzarse. Con el amor no es suficiente, hay cosas que se tergiversan, problemas económicos, enfermedades e imprevistos, donde nuestra actitud debe ofrecer habilidades para resolverlos y a su vez fomentaremos una buena relación o la deterioraremos.

Reconozcamos los errores propios para poder solucionarlos y, especialmente hay que moderarse en los enfados. Pensar que lo que no se piense de verdad no se debe decir, eso puede llegar a dañar y desgastar mucho la relación, irreparablemente.

Como Superar Una Separación (243)

26 diciembre 2008

Son muchas las personas a las que les cuesta afrontar el hecho de volver a estar solas de nuevo. Y es que las rupturas sentimentales son una de las situaciones más difíciles que podemos atravesar a lo largo de nuestra vida.

¡Descubre cómo aprender a enfrentarte a esta nueva etapa con madurez!

Dicen que el amor no es eterno. Son muchas las parejas que rompen. Pero existe un factor común: parece que nuestra vida se acaba, que algo se muere dentro de nosotros. Sin embargo, la vida sigue y tenemos que aprender a sobrellevarlo, a superarlo.

Esta nueva situación puede resultarnos muy difícil, por ello, la psicóloga clínica Elena Borges, del Colegio Oficial de Psicólogos de Madrid (España), prefiere definir la situación como un "duelo", en el que se suceden diferentes fases.

Según la especialista, es habitual que en un primer momento cuando intentemos rehuir la ruptura y no aceptemos la separación nos encontramos en la fase de negación. Pero después pasaremos por toda una serie de sentimientos como rabia, impotencia, culpabilidad o aislamiento.

Una serie de fases, según Borges, acabarán por llevarnos a la fase final, la de aceptación, en la que ya podremos decir que hemos superado la ruptura.

Pero llegar hasta ese punto no es fácil. En ocasiones resulta complicado afrontar una separación, especialmente si ésta no se ha producido de mutuo acuerdo.

Cuando la decisión es aceptada por ambas partes de manera amigable la sensación de dolor, aunque existe, es mucho menor, pero si la relación terminó como consecuencia de una infidelidad nos será mucho más difícil recuperar la autoestima y volver a depositar nuestra confianza en otra persona.

Borges también advierte de que la ruptura será más difícil de sobrellevar si existen hijos de por medio.

En este caso la persona afectada no sólo sentirá que ha perdido a su pareja y compañero/a, sino que tendrá la sensación de haber perdido también a su familia, de que se ha esfumado todo su proyecto de vida.

Sin embargo, hemos de evitar utilizar a nuestros hijos como un arma arrojadiza y entender que en ocasiones el amor se acaba, que a veces las personas cambian, maduran y se dan cuenta de que aquello que un día le unió a su pareja ha dejado de existir.

CÓMO EVITAR UNA SEPARACIÓN TRAUMÁTICA

Lo mejor para superar con éxito una ruptura es afrontar cuanto antes que la relación llegó a su fin. Mantener la esperanza sobre una segunda parte sólo nos hará más daño y nunca nos permitirá superar el trauma de la separación.

Deberemos tratar de afrontar la situación con madurez y asumir que podremos sentirnos solos y tristes durante un tiempo.

Asimismo tendremos que intentar evitar que el fracaso de la pareja se convierta en un fracaso personal.

Según Borges la responsabilidad de una ruptura nunca es de uno sólo, por lo que nunca deberemos culpabilizarnos de que la relación haya terminado.

Tampoco deberemos hacer extensibles los defectos de nuestra ex pareja al resto de hombres y mujeres, y nos será de mucha ayuda buscar el apoyo de nuestra familia y amigos, incluso, animales en estos momentos tan difíciles.

Ellos estarán dispuestos a ayudarnos y a acompañarnos, por lo que nuestra sensación de soledad será mucho menor.

DEJAR PASAR UN TIEMPO

Para Borges es importante que las personas que acaben de salir de una relación se tomen un tiempo antes de volver con otra persona.

"Hay que dejar que cicatricen las heridas. No es cierto el dicho que asegura que se puede acabar con las penas de esta manera", afirma.

Estar un tiempo solos nos permitirá recuperar nuestra autoestima y analizar nuestra relación anterior desde la distancia. De esta forma seremos más conscientes de nuestros errores y trataremos de no repetirlos.

Es decir, no debemos precipitarnos porque la vida es muy larga y muy probablemente volveremos a iniciar otra relación de nuevo. Puede que, incluso, volvamos a separarnos. Aunque Borges sostiene que el hecho de rehacer nuestra vida no tiene porqué necesariamente implicar volver a tener pareja de nuevo.


Autor: Psicóloga clínica Elena Borges



Hay que evitar odiar a quien amaste por encima de cualquier motivo.

Evidentemente se disfruta de una mayor paz interior cuando en esa relación te volcaste dando amor, lealtad y honestidad, no quedan remordimientos. Es compleja la pérdida de los respetos, confianzas, daños... pero ante todo dignidad.

No hay una fórmula mágica para hacer más llevadera una ruptura pero comunicar nuestro dolor es la mejor terapia; que todos sepan que te pasó, no interiorices.

Tras la ruptura, nunca se vuelve al punto de partida, nunca volveremos a ser los mismos.

Afróntalo con serenidad y recuerda que "cuando más oscuro está, es porque está a punto de amanecer"

Seminario Matrimonios (242)

25 diciembre 2008

En cierta ocasión durante un seminario para matrimonios, le preguntaron a una mujer:

-’¿Te hace feliz tu esposo?’, ¿Verdaderamente te hace feliz?

En ese momento el esposo levantó ligeramente el cuello en señal de seguridad, sabía que su esposa diría que sí, pues ella jamás se había quejado durante su matrimonio.

Sin embargo la esposa respondió con un rotundo

- ‘No …… no me hace feliz’

Y ante el asombro del marido … continuó:

- ‘El No me hace feliz ¡Yo soy feliz! … El que yo sea feliz o no, eso no depende de él, sino de mí. Yo soy la única persona, de quien depende, mi felicidad. Yo determino ser feliz en cada situación y en cada momento de mi vida, pues si mi felicidad dependiera… de alguna persona, cosa… circunstancia. … sobre la faz de esta tierra, yo estaría en serios problemas. Todo lo que existe en esta vida, cambia continuamente. El ser humano, las riquezas, mi cuerpo, el clima, los placeres, etc. Y así podría decir una lista interminable. A través de toda mi vida, he aprendido algo; decido ser feliz y lo demás lo llamo… ‘experiencias’: amar, perdonar, ayudar, comprender, aceptar, escuchar, consolar.

Hay gente que dice: - No puedo ser feliz… porque estoy enfermo, porque no tengo dinero, porque hace mucho calor, porque alguien me insultó, porque alguien ha dejado de amarme, porque alguien no me valoró…

Pero … lo que no sabes es que … PUEDES SER FELIZ … aunque … estés enfermo, aunque … haga calor, aunque … no tengas dinero, aunque … alguien te haya insultado, aunque … alguien no te ame, o no te haya valorado.

SER FELIZ ES… …¡¡¡UNA ACTITUD ANTE LA VIDA, QUE CADA UNO DECIDE…!!!


Autor: Ana María Didonato



Uno es feliz cuando disfruta con lo que hace con su vida, alcanzas las metas que se propuso, comparte su vida con los demás y se acepta y se valora tal cual se es.

No hay que mortificarse esperando que nos hagan felices y ser constantemente autocrítico... busca tu propósito para sentir una vida plena y decide ser feliz, todo lo demás son experiencias.

El Esposo Y El Sabio Consejero (212)

25 noviembre 2008

Un esposo fue a visitar a un sabio consejero y le dijo que ya no quería a su esposa y que pensaba separarse.

El sabio lo escuchó, lo miró a los ojos y solamente le dijo una palabra: Ámela. Luego, calló. - Pero es que ya no siento nada por ella, replicó el hombre. - Ámela, repuso el sabio.

Y ante el desconcierto del señor, después de un oportuno silencio, agregó lo siguiente: Amar es una decisión, no un sentimiento; amar es dedicación y entrega. Amar es un verbo y el fruto de esa acción es el amor. El amor es un ejercicio de jardinería: arranque lo que hace daño, prepare el terreno, siembre, sea paciente, riegue y cuide. Esté preparado porque habrá plagas, sequías o excesos de lluvia, mas no por eso abandone su jardín.

Ame a su pareja: acéptela, valórela, respétela, déle afecto y ternura, admírela y compréndala. Eso es todo, ámela.


Autor: Anónimo



"Todos sabemos querer pero pocos sabemos amar" (Anónimo)

Amar es una decisión propia sin lugar a dudas y actuamos según nuestro dictado.

Vivir Sin Pareja... Una Experiencia Necesaria (204)

17 noviembre 2008

Todas las mujeres en algún momento de nuestra vida debiéramos hacer el ejercicio de estar un tiempo suficientemente largo sin pareja.

No me refiero a ese tiempo que existe entre una relación de pareja que concluye y otra que se espera que comience, o a cargar como inexorable en la vida el "estar sola" porque no se encuentra con quién estar. Si no a una elección consciente de un ejercicio pleno de la autodeterminación y el autoabastecimiento económico, afectivo y sexual.

Se trata de una experiencia inigualable para dejar aflorar todos nuestros recursos y capacidades, conocernos como de ninguna otra manera podemos hacerlo.

Disponer exclusivamente del tiempo, espacio, voluntad, recursos -y hasta del control remoto de la televisión- es una experiencia sumamente placentera que muchas mujeres se deben en su vida.

Quienes pasaron de la casa familiar a la casa matrimonial que terminó, quienes padecieron una pareja violenta o desvalorizante, quienes transitaron un divorcio traumático quienes nunca se fueron solas de vacaciones, quienes nunca estuvieron en pareja y sienten eso como una frustración, se deben en su vida la experiencia de vivir felizmente solas, de no compartir la casa ni la cama con nadie, ni añorarlo, durante un tiempo prudencialmente largo.

La situación puede llegar inesperadamente, pero ahora que está, puedes reelegirla tú misma: "Si, esto está bien así, quiero aprender y disfrutar de estar sin pareja" y actuar en consecuencia con ello. Decidir la vida como si nunca más fueras a estar con alguien, te permitirá conocer tus propios límites, recursos, deseos, posibilidades, como nunca antes lo pudiste haber hecho.

Diseñar tu espacio solamente para ti, es una experiencia vital que una mujer debiera conocer. Qué deseas, cómo lo deseas, cuánto lo deseas, conocerlo, re-conocerlo y hacerlo acto en tu vida, será una experiencia inigualable de la que aprenderás más de ti misma, que en el resto de toda tu existencia.

En los momentos en los que sientas que tu voluntad de continuar sin pareja flaquea -los mandatos son fuertes y esto puede sucederte por convencida que estés de vivir esta experiencia-, sólo será necesario recordar los cientos de condicionamientos que tenías cuando estabas en esa situación. O ir a un restaurante, pedir una rica comida y un buen vino y sentarte a observar las parejas a tu alrededor: ¿cuántas son las que se ven realmente felices de compartir ese tiempo juntos?, ¿cuántas siquiera conversan animadamente?... ¿y la que permanece en absoluto silencio durante toda la cena?, te habías fijado antes en esto? Piensa: ¿es esa la pareja que añoras tener?...

Esa pareja "diferente" que sueñas, no podrá ser nunca si antes no eres otra de la que fuiste.

Estando sin pareja, no tienes porqué estar sola cuando no quieras estarlo... muchos hombres y mujeres en pareja están profundamente solos... recuerda cuando tú misma lo sentiste así estando acompañada. Amigas y amigos, familiares, y hasta tú misma, pueden ser una excelente compañía cuando sientas que estar sola no es lo que hoy quieres.

No se trata de renegar de la relación de pareja, se trata sólo de reconocer que la relación de pareja no es lo que pensamos que es cuando estamos solas... Es lo que vivimos cuando estuvimos en pareja, y siempre que nosotras no podamos ser otras que las que fuimos, eso se volverá a repetir de modo inexorable.

Se trata de que si no ahondamos en nosotras mismas, no nos "amigamos" con nosotras, nuestras relaciones siempre serán lo que fueron las que hasta aquí nos trajeron.

Se trata de que sólo quien puede estar sola en plenitud, puede estar plenamente con otro.


Autor: María Adela Mondelli



Para disfrutar de una relación de pareja satisfactoria es fundamental reconocer nuestros propios límites en autodeterminación y autoabastecimiento económico, afectivo y sexual.

Nuestra individualidad determinará la salud de una convivencia en pareja.

La Sed Insaciable (187)

31 octubre 2008

Decir adiós... La vida es eso.
Y yo te digo adiós, y sigo...
Volver a amar es el castigo
de los que amaron con exceso

Amar y amar toda la vida,
y arder en esa llama.
Y no saber por qué se ama...
Y no saber por qué se olvida...

Coger las rosas una a una,
beber un vino y otro vino,
y andar y andar por un camino
que no conduce a parte alguna.

Sentir más sed en cada fuente
y ver más sombra en cada abismo,
en este amor que es siempre el mismo,
pero que siempre es diferente.

Porque en sordo desacuerdo
de lo soñado y lo vivido,
siempre, del fondo del olvido,
nace la muerte de un recuerdo.

Y en esta angustia que no cesa,
que toca el alma y no la toca,
besar la sombre de otra boca
en cada boca que se besa.


Autor: José Ángel Buesa



La sed insaciable del amante que no entiende de culpas y menos aun de penas.

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