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Ahora Lo Entiendo (673)

16 agosto 2010

Siendo niño pertenecí al Movimiento Scout. Ahí nos enseñaban, entre otras cosas, la importancia de la "Buena Acción" que consistía en realizar todos los días actos generosos y nobles, como recoger algún papel en la calle y botarlo en la papelera, ayudar en la casa a lavar platos, cuidar la fauna y la flora, ayudar a alguna persona anciana o impedida a cruzar la calle, etc. Me gustaba mucho cumplir esa tarea.

Un día caminaba por una calle de la ciudad de Coro y vi a un perro tirado en plena vía sin poder moverse. Estaba herido, un carro lo había atropellado y tenía rotas las dos patas traseras, los vehículos le pasaban muy de cerca y mi temor era que lo mataran porque era imposible que él solo pudiera levantarse.

Vi allí una gran oportunidad para hacer la "Buena Acción" y como buen Scout detuve el tráfico, me dispuse a rescatar al perro herido y ponerlo a salvo para entablillarle las patas. Yo nunca había entablillado a nadie pero el "Manual Scout" decía cómo hacerlo. Con mucho amor y entrega me acerqué, lo agarré pero me clavó los dientes en las manos. Inmediatamente me llevaron a la Sanidad y me inyectaron contra la rabia, aunque la rabia por la mordida no se me quitó con la vacuna.

Durante mucho tiempo no entendí por qué el perro me había mordido si yo sólo quería salvarlo y no hacerle daño, no sé que pasó y no me lo pude explicar. Yo quería ser su amigo, es más, pensaba curarlo, bañarlo, dejarlo para mí y cuidarlo mucho. Esta fue la primera decepción que sufrí por intentar hacer el bien, no lo comprendí. Que alguien haga daño al que lo maltrata es tolerable, pero que trate mal a quien lo quiera ayudar no es aceptable.

Pasaron muchos años hasta que vi claro que el perro no me mordió, quien me mordió fue su herida; ahora si lo entiendo perfectamente.

Cuando alguien está mal, no tiene paz, está herido del alma y si recibe amor o buen trato: ¡Muerde! Pero él no hunde sus dientes, es su herida la que los clava.

Comprende el malestar de las personas que te rodean. Cuando alguien te grita, te ofende, te critica o te hace daño no lo hace porque te quiere mal sino porque está herido, está herido del alma, se siente mal o algo malo está pasando por su vida. No te defiendas ni lo critiques, más bien compréndelo, acéptalo y ayúdalo.

Ahora lo entiendo.


Autor: Ricardo Bulmez
El Arte de Combinar el Si con el No



Al que sufre y teme hay que ayudarlo, empatía ante todo. Aprender a leer actitudes del que está fuera de si, ayudar a quien lo necesite. Las heridas solo provocan más heridas. Este ejercicio de errores humanos y sufrimiento inútil también nos encauzará a no herir a los que más nos aprecian.

El Sexto Sentido (663)

23 julio 2010

Usa tus ojos para ver la belleza de la vida, o para ver el interior de las personas...

No los uses para criticar maliciosamente de cómo se ven o visten los demás, o para juzgar a las personas, sólo por sus apariencias.

Usa tus oídos, para escuchar a tu prójimo, y poder ofrecerle una palabra de aliento, para escuchar los sonidos agradables, que te ayudan a olvidar las dificultades y edifican tu interior.

No los uses como un arma o para envenenar a los demás.

Usa tu olfato, para percibir el olor de las flores, del perfume, del amor...

No lo impregnes, con los malos olores, como lo son el odio, el egoísmo, la traición.

Usa tu gusto, para saborear el triunfo de tus metas alcanzadas, de los logros obtenidos con esfuerzo y dedicación...

No lo uses para saborear, las derrotas de otros.

Usa tu tacto, para sentir y dar amor, para tocar a las personas con tus deseos positivos, con tu caridad...

No lo uses para pedir injustificadamente.

El sexto sentido, el más importante, es el que nos da la sabiduría para distinguir la diferencia entre los otros sentidos, entre el bien y el mal, entre dar o recibir, entre construir o desmoronar.

A veces miramos sin ver, oímos sin escuchar, olemos sin percibir, probamos sin saborear, tocamos superficialmente.

Usa tus sentidos sabiamente, no se trata de cuántos tengas, sino de cómo los utilizas.


Autor: Mychelle de Secret - Expression



Cuánto nos perdemos en nuestra vida por crearnos estereotipos personales, en vez de respetar al ser humano como tal.



Confianza (638)

26 mayo 2010

Los hombres no podríamos vivir en armonía si faltara la Confianza.

Los hombres no podríamos vivir en armonía si faltara la Confianza, es decir, la seguridad firme que se tiene de una persona, por la relación de amistad o la labor que desempeña.

Tenemos seguridad en una persona porque sabemos que en sus palabras no existe el doble sentido o el rebuscamiento; jamás hace un juicio a la ligera sobre las actitudes de los demás; trabaja con intensidad, procurando terminar la tarea encomendada cuidando hasta el más mínimo detalle; llegará puntual si así se ha acordado o guardará el secreto que le hemos confiado.

Es fácil perder la Confianza en alguien cuando no actúa con justicia, algún comerciante, profesional o prestador de servicios que abusa de nuestra falta de conocimiento o buena voluntad, y pide a cambio una cantidad de dinero que no corresponde a lo convenido.

La mentira tampoco tiene lugar en cualquier tipo de relación, pues confunde la verdad, destruye los sentimientos, provocando una ruptura que pocas veces, o nunca, se puede resanar.

Podemos confundir la "confianza en uno mismo" convirtiéndola en presunción, como una forma de hacernos notar mediante una actitud poco respetuosa a las personas, lugares y circunstancias, tratando bruscamente a un mesero o buscar los medios para no formase en fila en un banco.

Otra forma mal entendida de la Confianza, es la familiaridad excesiva en el trato, provocando la burla de quienes nos rodean, los mismos familiares y compañeros de trabajo son las víctimas de nuestro asedio, posiblemente no reaccionan violentamente ante nuestro comportamiento por falta de recursos, sino por tener más educación.

Ahora bien, todos somos capaces de generar Confianza en los demás:

- Cada vez que enseñamos a otros a trabajar, aceptando sus fallas y ayudándoles a mejorar, de esta manera podrán adquirir seguridad en lo que están haciendo.

- Para tomar decisiones, tomar en cuenta a los que comparten las mismas responsabilidades, así, con otra visión de la situación se obtienen mejores resultados.

- Saber escuchar la opinión de los demás, sin importar nuestra mejor preparación o el puesto de mayor nivel que ocupamos.

- Ayudar a los hijos a decidir, procurando proporcionarles los elementos que les ayuden a tomar la opción que más convenga.

- Procurando cumplir a tiempo con los encargos que tenemos, en el trabajo, en casa y con los amigos.

- Presentar nuestro trabajo limpio, ordenado y puntualmente.

- Hablar siempre con la verdad.

- Cobrar la cantidad justa de dinero por lo que vendimos o el servicio que prestamos.

- Evitar que se hagan burlas o calumnias de otras personas.

Somos dignos de Confianza por cumplir responsablemente nuestras obligaciones, ayudamos a los demás con nuestro consejo o nuestro trabajo, si sabemos cumplir con las promesas que hacemos, evitamos criticar a los demás, generamos un ambiente agradable en las reuniones a las que somos invitados, comprendemos los errores de los demás y ayudamos a corregir.

Tal vez los mejores indicadores de Confianza, son la cantidad de amigos que tenemos, el número de personas que acuden a nuestro negocio y las responsabilidades que nos asignan en el trabajo; cuando esto ocurre, podemos decir que somos Confiables.


Autor: Anónimo



Se apto para la vida que has decidido llevar, con tus propias capacidades y cualidades, con paciencia, con formas, aceptando nuestras propias limitaciones. Confía en ti y el resto vendrá solo y vendrá bien.

Comprensión (637)

24 mayo 2010

Cuando alguien se siente comprendido entra en un estado de alivio, de tranquilidad y de paz interior. ¿Qué hacer para vivir este valor en los pequeños detalles de la vida cotidiana?

¡Quiero que me comprendas! Cuántas veces hemos tenido la necesidad de encontrar a alguien que escuche y comparta nuestros sentimientos e ideas en un momento determinado. Cuando nos sentimos comprendidos entramos en un estado de alivio, de tranquilidad y de paz interior. Pero, ¿somos capaces comprender a los demás? ¿De procurar dar algo más que un simple: “si te comprendo”?

La comprensión es la actitud tolerante para encontrar como justificados y naturales los actos o sentimientos de otro. Es en este momento nos percatamos que la comprensión va más allá de “entender” los motivos y circunstancias que rodean a un hecho, es decir, no basta con saber que pasa, es necesario dar algo más de nosotros mismos.

Podemos “saber“ que un empleado nuestro comete errores con cierta frecuencia, “justificamos” este hecho debido a una falta de conocimiento, lo cual determina sus fallas como involuntarias y observamos la necesidad urgente e inmediata de brindar la capacitación correspondiente. El justificar se convierte en una disculpa, en una atenuante que nos hace ubicar el problema en su justa medida, por lo tanto, la comprensión nos lleva a proponer, sugerir o establecer
los medios que ayuden a los demás a superar el estado por el que actualmente pasan.

El ser tolerantes no significa ser condescendientes con lo sucedido y hacer como si nada hubiera pasado, la tolerancia debe traducirse como la confianza que tenemos en los demás para que superen sus obstáculos.

El padre de familia que retira todo su apoyo a los hijos hasta que mejoren sus calificaciones, condiciona su comprensión a resultados, y no al propósito, al esfuerzo y al empeño que se pongan para lograr el objetivo.

Ver con “naturalidad” los actos y sentimientos de los demás, es la conciencia de nuestra fragilidad, la convicción de saber que podemos caer en la misma situación, de cometer los mismos errores y de dejarnos llevar por el arrebato de los sentimientos.

La mayoría de las veces los sentimientos juegan un papel importante y debemos ser cuidadosos. Una persona exaltada, triste o francamente molesta esta sujeta a la emoción momentánea, lo cual reduce su capacidad de reflexión, con la posibilidad latente de hacer o decir cosas que realmente no piensa ni siente.

Cada vez que alguien pide comprensión, a través de palabras o actitudes, busca en nosotros un consejo, una solución o una idea que lo haga recuperar la tranquilidad y ver con más claridad la solución a su problema.

El comprender no debe confundirse con un “sentirse igual” que los demás, esto puede suceder con las personas a quien les tenemos cierta estima, pero, ¿Qué pasaría con quienes no tenemos un lazo afectivo? Es necesario enfatizar que la comprensión, es y debe ser, un producto de la razón, de pensar en los demás, “de ponerse en los zapatos del otro”, sin hacer diferencias entre las personas. Si alguna vez nos hemos visto incomprendidos, recordaremos el rechazo experimentado y como nos sentimos defraudados por la persona que no supo corresponder a nuestra confianza.

Existen un sin número de oportunidades para vivir el valor de la comprensión. En las situaciones cotidianas tenemos a tendencia a reaccionar con impulsos, por ejemplo: cuando no esta lista la camisa que pensábamos usar; si llegamos a casa y aún no han terminado de preparar la comida; una vez más los hijos han dejado sus juguetes esparcidos por toda la casa; los compañeros de clase que no terminaron a tiempo su parte del trabajo en equipo; el informe para
la oficina que tuvo errores y se retrasó; etc.

Si deseamos hacer nuestra comprensión de manera consciente, debemos pensar un momento si hacemos lo necesario para:

- Aprender a escuchar y hacer lo posible para no dejarnos llevar por el primer impulso (enojo, tristeza, desesperación, etc.)

- No hacer juicios prematuros, primero se deben conocer todos los aspectos que afectan a la situación, hay que preguntar. No basta decir que una persona es poco apta para un trabajo.

- Distinguir si es una situación voluntaria, producto de los sentimientos o de un descuido. En cualquier caso siempre habrá una forma de prevenir futuros desaciertos.

- Preguntarnos que haríamos y como reaccionaríamos nosotros al vernos afectados por la misma situación.

- Buscar las posibilidades y opciones de solución. Es la parte más activa de la comprensión, pues no nos limitamos a escuchar y conocer que sucede.

- Dar nuestro consejo, proponer una estrategia o facilitar los medios necesarios que den una alternativa al alcance de la persona.

La comprensión no es algo para ejercitar en situaciones extremas, se vive día a día en cada momento de nuestra vida, con todas las personas, en los detalles más pequeños y en apariencia insignificantes.

¡Qué importante es la comprensión! Podemos afirmar que es un acto lleno de generosidad porque con ella aprendemos a disculpar, a tener confianza en los demás, y por lo tanto, ser una persona de estima, a quien se puede recurrir en cualquier circunstancia.


Autor: Nora Evangelina Méndez



El intercambio entre dar y recibir comprensión, en los detalles, en las aparencias, en los deseos, en nuestras necesidades, conductas y desaciertos determinan nuestro comportamiento social y nuestra coherencia con nosotros mismos.

Jamás Te Compares (620)

16 abril 2010

Jamás te compares con nadie, ni a tu favor ni en contra; cada cual recibe de la vida lo que ha merecido y cosecha lo que ha sembrado.
Oriéntate a lograr lo mejor de ti mismo y de tu vida; cada cual tiene una diferente misión para cumplir y lo que hace felices a unos puede ser la infelicidad para otros; concéntrate sólo en tus ventajas y beneficios.

No te pongas triste, no te apures, no te angusties ni te deprimas por haber cometido algún error, tómalo positivamente y considéralo un aprendizaje, una importante lección. Lo grave no es equivocarse, lo delicado es seguir cometiendo el mismo error; analízate, búscate, piensa en donde estuvo tu equivocación e intenta remediarla; de esta manera cada error se convertirá en un paso adelante y en una lección aprovechada positivamente.

Las personas a tu alrededor, tu familia, tus compañeros, tus amistades, clientes y conocidos, no te querrán más y no te recordarán mejor por lo que tienes, sino por ser quien ERES y por las cosas que haces y dices. Procura mejorar internamente y superarte en lo que haces por y para los demás; estas son las cosas que te merecerán prestigio, respeto y aceptación.

Enfoca tus problemas, tus preocupaciones y tus angustias desde el punto de vista de lo que puedas hacer para superarlas y no desde lo que ellas pueden hacer para destruir y amargar tu vida. Indudablemente tú eres más, puedes más y vales mucho más que lo que te preocupa; no te dediques a angustiarte, dedica tus mejores esfuerzos a las soluciones.

Procura ser LA MEJOR PERSONA en lo que haces, procura la excelencia en lo que te ocupes, en tu trabajo, en tu estudio y en tus relaciones familiares, laborales y personales, sin importar qué es lo que haces; cualquier trabajo y cualquier actividad serán dignos y te proporcionará crecimiento si procuras hacerlo lo mejor que te sea posible exigiéndote a ti mismo. Busca tu propio nivel de excelencia.


Autor: Anónimo



Hay que aprovechar las comparaciones desde una postura positiva y abierta hacia nuestro crecimiento, aprendizaje y evolución porque no podremos evitar en alguna ocasión compararnos y que nos comparen.

Las Palabras Del Silencio (628)

05 abril 2010

A veces un largo silencio
puede causar mayor daño
que las palabras mas duras.

Sucede que la comunicación
es una actividad bidireccional
con una continua interacción.

Cuando nosotros expresamos
algo que pensamos o sentimos
esperamos que nos respondan.

Muchas veces esa respuesta
no es una aceptación o rechazo
sino un simple reconocimiento.

Reconocer significa demostrar
que nos importa quien nos habla
y que valoramos lo que nos dice.

Un silencio expresa muchas cosas,
muestra indiferencia y desinterés,
dice que no nos importa esa persona.

Al responder y reconocer demostramos
sentir aprecio y respeto por los demás,
que nos importa esa persona y su tiempo.


Autor: Anónimo



Guardar silencio para no angustiarse, para no dejarse llevar, para reflexionar y actuar mejor. En especial cuando esperan una respuesta anticipada o apresurada desde la ansiedad, la urgencia o la presión, nunca como acto para refugiarse en la pasividad.

El silencio interior es saludable, de carácter obligado y para mí una virtud.

La Promesa (610)

24 marzo 2010

Cuando nadie esté allí para ti y pienses que no le importas a nadie...

Cuando el mundo entero esté sobre ti y pienses que estás sol@...

Allí estaré...

Cuando a la persona que más te importa, no le importes tú...

Cuando aquel al que le hayas entregado tu corazón, lo desprecie...

Allí estaré...

Cuando la persona en la que confiaste te traicione...

Cuando la persona con la que has compartido todos tus recuerdos, te hiera...

Allí estaré...

Cuando todo lo que necesites sea un amigo que escuche tus lamentos...

Cuando todo lo que necesites sea alguien que enjuague tus lágrimas...

Allí estaré...

Cuando tu corazón duela tanto que hasta te cueste respirar...

Cuando quieras desistir y desees morir...

Allí estaré...

Cuando comiences a llorar después de haber escuchado esa triste canción...

Cuando las lágrimas no cesen de caer...

Allí estaré...

Estaré allí hasta el final.

Es una promesa que puedo hacerte.

Si alguna vez me necesitas, sólo llámame y...

Allí estaré...


Autor: When in Rome "The Promise" (canción)



Que reconfortante es saber que puedes contar con alguien que te aprecia incondicionalmente, siempre.
Ojala de alguna manera puedas estar, al lado de alguien que te necesite y pueda contar contigo, siempre.

Se Necesita Valor (605)

12 marzo 2010

Para huir de los chismes, cuando los demás se deleitan en ellos.

Para defender a una persona ausente a quien se crítica abusivamente.

Para ser verdaderamente hombre o mujer aferrándose a nuestros ideales, cuando esto nos hace parecer extraños o singulares.

Para guardar silencio, en ocasiones que una palabra nos limpiaría del mal que se dice de nosotros pero perjudicaría a otra persona.

Para vestirnos según nuestros ingresos y negarnos lo que no podemos comprar.

Para vivir según nuestras convicciones.

Para ser lo que somos y no pretender ser lo que no somos.

Para decir rotundamente y dignamente no, cuando los que nos rodean dicen sí.

Para vivir honradamente dentro de nuestros recursos y no deshonradamente a expensas de otros.

Para ver en las ruinas de un desastre que nos mortifique y humille, los elementos de un éxito futuro.

Para negarnos a hacer una cosa que es mala aunque otros lo hagan.

Para pasar las veladas en casa, tratando de aprender.


Autor: Anónimo



Solo con una personalidad formada y unos valores cimentados uno es capaz de ser auténtico consigo mismo, con los demás, estén o no presentes y en su día a día ponerlo en práctica. Nunca son imparciales, no suelen ignorar, negar y callar, no pretenden ser monedita de oro...

Trasciende Tu Ego (601)

03 marzo 2010

¿Qué consigues poniendo todos tus esfuerzos en defender, promover y privilegiar tu propio ego?

La victoria será vacía, sin sentido y no durará, y eso admitiendo que pueda ser considerada una victoria, en primer lugar.

Puedes estar concentrado y absorbido y centrado en ti mismo, o puedes lograr cosas realmente maravillosas. No hay manera de hacer ambas a la vez. Porque el ensimismamiento no es otra cosa que bloquearse a todas las demás posibilidades, maravillosas y positivas.

Cuando sólo se trata de ti, es todo muy pequeñito y limitado, sin embargo si desaparecen las preocupaciones por el propio ego, se libera una sorprendente cantidad de energía positiva en la medida en que uno puede ver y vivir más allá de sí mismo, muchas cosas maravillosas resultan posibles.

Al trascender tu ego, la preocupación es reemplazada por la compasión y la caridad, el miedo es suplantado por la confianza en ti mismo, la desesperación es largamente superada por el amor.

Vive más allá de las preocupaciones del ego y te sorprenderás por la cantidad de limitaciones que, simplemente, habrán desaparecido.


Autor: Anónimo



El ego es necesario, en pequeñas o medianas dosis para fortalecer la confianza en uno mismo y darnos empuje Pero el exceso de ego sin ponernos manos a la obra, únicamente nos limitará y frustrará en conseguir nuestros deseos.

El Precio De Dar En El Blanco (599)

27 febrero 2010

¿Cuál es el precio de dar en el blanco?

Un rey, que en su carruaje pasaba por un pueblo, observó una flecha disparada exactamente en el centro de un blanco, que era el círculo dibujado en el tronco de un árbol.

Intrigado, se dio cuenta que además había en varios sitios otras flechas disparadas, todas con la misma precisión en el centro del blanco.

Sorprendido por la habilidad del arquero, mandó a sus pajes a buscarlo.

Después de algunos minutos encontraron al autor de los certeros disparos.

Se trataba de un niño de no más de doce años.

- ¿Eres tú el hábil arquero? - preguntó el rey.

- Si, - respondió el chiquillo.

- ¿Cómo haces para ser siempre tan certero en tu puntería? - preguntó de nuevo el rey.

- Es muy simple, -dijo el muchacho- , primero disparo la flecha y después dibujo el blanco alrededor de ella.

Piensa por un momento si hacemos eso en nuestras vidas con las personas que nos rodean.

A veces juzgamos basados en nuestros prejuicios, les decimos a todos nuestra opinión y después buscamos cómo justificar nuestras ligerezas.

- Primero disparo y después pregunto.

A veces cometemos errores o maltratamos a los que nos rodean. En vez de aceptar nuestra responsabilidad, nos ponemos a la defensiva y tratamos de justificar nuestra actitud.

¿Cuánta energía de vida desperdiciamos justificando actitudes con las que sólo pretendemos cubrir nuestros errores, miedo o inseguridades?

¿Cuánto daño innecesario nos causamos a nosotros mismos y a quienes amamos?
¿Qué precio pagamos con estas actitudes...?

Sólo por hoy elige pensamientos y actitudes positivas... ¡notarás la diferencia!


Autor: Anónimo



No existe tolerancia ni equilibrio en nosotros, cuando juzgamos basados en nuestros prejuicios en vez de valorar los pros y los contras, para ser más juiciosos en críticas y comentarios, evitando contrariedades y ofensas innecesarias.

El Político Y El Militar (598)

25 febrero 2010

Un hombre vuela en un globo, cuando de repente, se percata de que está perdido, entonces maniobra y desciende lentamente hasta que divisa a un militar en medio del campo y le grita:

¿Disculpe? ¿Podría Ud. ayudarme? He quedado de verme a las 2:00 p.m. con un amigo, llevo media hora de retraso y no sé donde me encuentro.

- Claro que si, le contesta. Se encuentra Ud. en un globo de aire caliente flotando a unos treinta metros de altura, entre los 40 y 43 grados de latitud norte y entre los 58 y 60 grados de longitud oeste.

- Es Ud. militar? verdad? - pregunta el del globo.

- Si señor, lo soy ¿cómo lo adivinó?

- Es simple, porque todo lo que ha dicho es técnicamente correcto, pero prácticamente inútil. Continúo perdido y voy a llegar tarde a mi cita porque no sé que hacer con su información.

- Y Ud. ¿es político?

- Si señor. ¿Cómo lo supo?

- Es muy simple. No sabe ni donde está, ni para dónde va, ha hecho una promesa que no puede cumplir y espera que otro le resuelva el problema. De hecho, se halla exactamente en la misma situación en la que estaba antes de encontrarme, salvo que ahora, por alguna extraña razón... ¡la culpa es mía!!!


Autor: Anónimo



Una manera simpática y elegante de sintetizar lo peor de estas dos profesiones.

Y lo compartamos o no, siempre hay algo de verdad detrás de cada chufla.

El Resentimiento (597)

23 febrero 2010

Tu vida esta plena de logros, luchas y grandes esfuerzos, y aunque a veces no parezca cada día te vas acercando paso a paso a lo que tú quieres.

Pero ten cuidado, puedes tener un enemigo, capaz de destruir sin piedad lo que con tanto trabajo has construido.

Me refiero a tus propios resentimientos.

El resentimiento es como tomar un veneno para tratar de envenenar a otro.

Mientras el dolor pasa, el rencor se queda, lo agravas, como a una herida que no se deja sanar.

El resentimiento es un monstruo, que puede tener el tamaño que le des, lo puedes alimentar con los pensamientos de queja y de autocompasión, entre más lo crezcas más partes de tu vida invadirá.

La energía que le das a ese fantasma, es la misma que puedes usar para construir tus sueños o la vida más plena y feliz que te mereces.

Quien no perdona, sin darse cuenta poco a poco se aísla, empieza a olvidar o dejar de disfrutar lo grato de su vida.

Con el rencor te haces mas difícil, lo difícil y lo agradable se opaca con el tormento de la amargura.

Digno no es quien resiente, digno es quien perdona.

Que estúpida es la venganza que mantiene anclado el dolor.

La venganza sabia es dejarlo ir seguir adelante, es construirse en vez de destruirse.

El perdón es un regalo, para si mismo es regalarse la paz, es soltar la carga, es decidir mirar la luz de nuevo y con determinación caminar hacia ella, hacia lo mejor de ti, de tu vida.

No perdones para que el otro cambie.

Acéptalo, el otro nunca va a ser como tú quieres, eso no depende de ti.

No le des a nadie el poder de hacerte infeliz, perdona porque decides hacerlo, retoma tu poder, tu inmensa capacidad de construir tu propia tranquilidad.


Autor: Anónimo



Hay cosas que no podemos cambiar, especialmente las que nos causaron una emoción negativa. El resentimiento es un juicio de valores difíciles de reconocer y aceptar, que debemos enfrentar y expresar porque nos empañaran nuestra vida.

El Perdón (596)

20 febrero 2010

Si alguna vez en tu vida has odiado a alguien, justificada o injustificadamente, te invito a que pienses lo que esto significa.

Tu tienes un valioso tesoro que es tu tiempo, un recurso que minuto a minuto desaparece y que no es otra cosa que la oportunidad que todos tenemos de utilizarlo para descubrir nuestro verdadero ser.

¿Y sabes qué sucede cuando estas odiando a alguien?

Le estás regalando instantes preciosos de tu vida a quien dices no querer.

¡Qué contrasentido más grande!

Cada minuto que piensas en el daño que te hicieron, cada segundo que tu mente ocupa en pensar lo lastimado que quedaste, lo malo de la ofensa recibida, le estas obsequiando las joyas más valiosas que posees a quien más dices odiar.

¿Y qué tal si la ofensa recibida no es tal?

Si resulta que tú fuiste el causante de la reacción de la que ahora te duele.

¿Qué tal si estás equivocado?

Porque puede ser.

¿No lo crees así?

En una forma u otra, el responsable de cómo te sientas eres tu mismo, eres tú quien sufre cada momento desagradable que recuerdas, eres tú quien revive, como si fuera hoy, los incidentes que consideras más dañinos para tu persona, y al hacerlo eres ofendido nuevamente.

Cada vez que lo recuerdas tu adrenalina en el cuerpo se libera como si fuera hoy, lo que sucedió hace ya mucho tiempo.

Tu organismo se envenena y tu alma también.

Tal vez por eso puedas entender ahora que perdonar a los demás es perdonarnos a nosotros mismos.

La magia del perdón ocurre de adentro hacia afuera.

Yo te perdono de todo corazón porque al perdonarte me perdono a mi mismo y libero para siempre mi ser de esos obstáculos que impiden mi crecimiento.

Yo te perdono, porque reconozco en ti una manifestación diferente, pero una misma esencia.

Yo te perdono porque tu eres yo y yo soy tu.


Autor: Anónimo



Nosotros somos los responsables y sufridores de como nos sentimos y de como reflexionamos, aceptamos y buscamos remedio para reparar la falta cometida.

Perdónate por tu inconsciencia, reparándola y aprende a perdonar de corazón porque todos en algún momento cometemos errores.

El Paisaje Más Hermoso... (593)

13 febrero 2010

El paisaje más hermoso del mundo no podrás llevarlo contigo.
Pero sí puedes formar parte de él.

Simplemente cambia tu visión y la forma de ver las cosas.

Cuando pises la tierra, siente cuan grande eres y cuanto respeto debes tener por ella y por tí.

Mira a los demás como una verdadera maravilla y ama a todos como los seres maravillosos que somos... o que podemos llegar a ser.

Entiende a los que te gritan y devuelve la alabanza a los que te alaban.

Y, principalmente, se feliz: entonces te habrás vuelto un paisaje humano que todos querrán admirar.


Autor: Marcelo Bulk
Fuente: www.motivaciones.org



Nosotros sin pretenderlo formamos parte del paisaje pero no nos conformemos con solo figurar y asistir, siente parte de la maravilla, con asombro, con admiración, con fascinación, es tu paisaje.

El No Perdonar... (589)

04 febrero 2010

La falta de perdón es como un veneno que tomamos a diario a gotas pero que finalmente nos termina envenenando. Muchas veces pensamos que el perdón es un regalo para el otro sin darnos cuenta que los únicos beneficiados somos nosotros mismos.

El perdón es una expresión de amor. El perdón nos libera de ataduras que nos amargan el alma y enferman el cuerpo. No significa que estés de acuerdo con lo que pasó, ni que lo apruebes. Perdonar no significa dejar de darle importancia a lo que sucedió, ni darle la razón a alguien que te lastimó. Simplemente significa dejar de lado aquellos pensamientos negativos que nos causaron dolor o enojo.

El perdón se basa en la aceptación de lo que pasó.

La falta de perdón te ata a las personas con el resentimiento.

Te tiene encadenado.

La falta de perdón es el veneno más destructivo para el espíritu ya que neutraliza los recursos emocionales que tienes.

El perdón es una declaración que puedes y debes renovar a diario.

Muchas veces la persona más importante a la que tienes que perdonar es a ti mismo por todas las cosas que no fueron de la manera que pensabas.

"La declaración del Perdón es la clave para liberarte"

¿Con qué personas estas resentido?

¿A quienes no puedes perdonar?

¿Tú eres infalible y por eso no puedes perdonar los errores ajenos?


Autor: Anónimo



Lo peor de no perdonar, no es ya que no se acepta lo que pasó, sino que perpetuamos nuestro malestar desperdiciando disfrutar del momento actual y cada vez que lo recordamos. Para sentirnos libres tenemos que perdonar y perdonarnos.

El Miedo Y El Deseo (586)

28 enero 2010

Ana Sharp, autora de "La Magia del Camino Real" (Ed. Rosa de los Tiempos), la responsable de acompañar a Shirley Maclaine por el Camino de Santiago, me dijo cierta noche: El miedo es un deseo oculto. Inconscientemente, pasamos la vida intentando probar que nuestros padres estaban acertados, porque ellos nos dieron la cosa más importante: el amor. Mas dejaron las marcas de sus propios temores; y nosotros, para no destruir la imagen de personas poderosas que eran, terminamos dejando que estos miedos nos sean transferidos a nosotros.

"Solo perdí el miedo de volar cuando, en la víspera de cierto viaje, pensé para mí misma: tengo este pánico porque mi padre tenía miedo, y yo no puedo aceptar que estuviese equivocado" Es preciso quedarse con las cosas buenas del pasado, más librarse de los temores irracionales. Hoy, cuando me confronto con cualquier miedo, cambio la palabra por 'deseo' y pregunto: ¿porque estoy deseando esto? Y el miedo/deseo se aparta normalmente".


Autor: Paulo Coelho



Esos pequeños miedos que heredamos de la experiencia de otros, debemos darle un uso correcto de informativo, consejero, de advertencia pero nunca paralizarnos, impedirnos, detenernos... porque entonces nos coaccionamos nosotros mismos sin haber vivido la experiencia.

El Mercader Y La Bolsa (585)

26 enero 2010

Cierto día un mercader ambulante iba caminando hacia un pueblo. Por el camino encontró una bolsa con 800 dólares. El mercader decidió buscar a la persona que había perdido el dinero para entregárselo pues pensó que el dinero pertenecía a alguien que llevaba su misma ruta.

Cuando llego a la ciudad, fue a visitar un amigo.

- Sabes ¿quien ha perdido una gran cantidad de dinero? le pregunto a este.

- Si, si. Lo perdió Juan, nuestro vecino, que vive en la casa del frente.

El mercader fue a la casa indicada y devolvió la bolsa.
Juan era una persona avara y apenas terminó de contar el dinero grito:

- Faltan ¡100 dólares! Esa era la cantidad de dinero que yo iba a dar como recompensa. ¿Como lo has agarrado sin mi permiso? Vete de una vez. Ya no tienes nada que hacer aquí.

El honrado mercader se sintió indignado por la falta de agradecimiento. No quiso pasar por ladrón y fue a ver al juez.

El avaro fue llamado a la corte. Insistió ante el Juez que la bolsa contenía 900 dólares. El mercader aseguraba que eran 800. El juez, que tenia fama de sabio y honrado, no tardo en decidir el caso. Le pregunto al avaro:

- Tú dices que la bolsa contenía 900 dólares ¿verdad?

- Si, señor, respondió Juan.

- Tú dices que la bolsa contenía 800 dólares, le pregunto el juez al mercader.

- Si, señor.

- Pues, bien, dijo el juez, considero que ambos son personas honradas e incapaces de mentir. A ti porque has devuelto la bolsa con el dinero, pudiéndote quedar con ella. A Juan porque lo conozco desde hace tiempo. Esta bolsa de dinero no es la de Juan; aquella contenía 900 dólares. Esta solo tiene 800. Así pues, quédate tú con ella hasta que aparezca su dueño. Y tú, Juan, espera que alguien te devuelva la tuya.


Autor: Anónimo



Intentar también ser morales, dignos y honestos, apartando intereses y prioridades a un segundo plano y aprender a valorar a las personas honradas, donde prevalece la tendencia a lo transparente, sin engaño y con justicia, cuando existe la opción de un camino fácil y egoísta...

El Mendigo (583)

21 enero 2010

Éramos la única familia en el restaurante con un niño. Yo senté a Daniel en una silla para niño y me di cuenta que todos estaban tranquilos comiendo y charlando. De repente, Daniel pegó un grito con ansia y dijo, "Hola amigo!"

Golpeando la mesa con sus gorditas manos. Sus ojos estaban bien abiertos por la admiración y su boca mostraba la falta de dientes en su encía. Con mucho regocijo él se reía y se retorcía. Yo miré alrededor y vi la razón de su regocijo.

Era un hombre andrajoso con un abrigo en su hombro; sucio, grasoso y roto. Sus pantalones eran anchos y con el cierre abierto hasta la mitad y sus dedos se asomaban a través de lo que fueron unos zapatos.

Su camisa estaba sucia y su cabello no había recibido una peinilla por largo tiempo. Sus patillas eran cortas y muy poquitas y su nariz tenía tantas venitas que parecía un mapa. Estábamos un poco lejos de él para saber si olía, pero seguro que olía mal.

Sus manos comenzaron a menearse para saludar. "Hola bebito, como estas muchachon," le dijo el hombre a Daniel.

Mi esposa y yo nos miramos, "Que hacemos?" Daniel continuó riéndose y contestó, "Hola, hola amigo" Todos en el restaurante nos miraron y luego miraron al pordiosero.

El viejo sucio estaba incomodando a nuestro hermoso hijo. Nos trajeron nuestra comida y el hombre comenzó a hablarle a nuestro hijo como un bebe.

Nadie creía que era simpático lo que el hombre estaba haciendo.

Obviamente el estaba borracho. Mi esposa y yo estábamos avergonzados.

Comimos en silencio; menos Daniel que estaba súper inquieto y mostrando todo su repertorio al pordiosero, quien le contestaba con sus niñadas. Finalmente terminamos de comer y nos dirigimos hacia la puerta.

Mi esposa fue a pagar la cuenta y le dije que nos encontraríamos en el estacionamiento. El viejo se encontraba muy cerca de la puerta de salida.

"Dios mío, ayúdame a salir de aquí! antes de que este loco le hable a Daniel" Dije, mientras caminaba cercano al hombre.

Le di un poco la espalda tratando de salir sin respirar ni un poquito del aire que él pudiera estar respirando. Mientras yo hacía esto, Daniel se volvió rápidamente en dirección hacia donde estaba el viejo y puso sus brazos en posición de "cárgame"

Antes de que yo se lo impidiera, Daniel se abalanzó desde mis brazos hacia los brazos del hombre. Rápidamente el muy oloroso viejo y el joven niño consumaron su relación amorosa.

Daniel en un acto de total confianza, amor y sumisión recargó su cabeza sobre el hombro del pordiosero. El hombre cerró sus ojos y pude ver lágrimas corriendo por sus mejillas. Sus viejas y maltratadas manos llenas de cicatrices, dolor y duro trabajo, suave, muy suavemente, acariciaban la espalda de Daniel. Nunca dos seres se habían amado tan profundamente en tan poco tiempo.

Yo me detuve aterrado. El viejo hombre se meció con Daniel en sus brazos por un momento, luego abrió sus ojos me miró directamente a los míos. Me dijo en voz fuerte y segura, "Usted cuide a este niño"

De alguna manera le conteste "Así lo haré" con un inmenso nudo en mi garganta. El separó a Daniel de su pecho, lentamente, como si tuviera un dolor. Recibí a mi niño, y el viejo hombre me dijo: "Dios le bendiga, señor. Usted me ha dado un hermoso regalo"

No pude decir más que un entrecortado gracias. Con Daniel en mis brazos, caminé rápidamente hacia el carro. Mi esposa me preguntaba por qué estaba llorando y sosteniendo a Daniel tan apretadamente y, por qué yo estaba diciendo: "Dios mío, Dios mío, perdóname"

Yo acababa de presenciar el amor a través de la inocencia de un pequeño niño que no vio pecado, que no hizo ningún juicio; un niño que vio un alma y unos padres que vieron un montón de ropa sucia.


Autor: Anónimo



Ante una situación que nos resulte embarazosa y no exista peligro de muerte, deberíamos ser bastante más humanitarios y rogarle menos a Dios.
Somos nosotros los que juzgamos a las personas por el exterior, no por el interior, los que no miramos el trasfondo de las cosas y los que no perdemos el tiempo en recibir, escuchar, valorar situaciones o personas.

Lenguaje Del Amor (577)

07 enero 2010

Los seres humanos nos hemos dividido por muchas cosas: la edad, el sexo, el deporte, la religión, las creencias, hasta la forma de expresarnos ha tomado diversas formas, por las cuales también nos dividimos. Pero hemos olvidado que hay un solo lenguaje universal, el Lenguaje del Amor. Este lenguaje que no usa símbolos ni transmite sólo ideas, que se usa para comunicarse.

¿Y qué es Comunicarse? Comunicarse es transmitir una idea. Comunicación viene de Comunión, eso quiere decir que debe usarse para unirnos. Estamos realmente uniéndonos o desuniéndonos en nuestra comunicación?

Para establecer una buena comunicación es necesario recordar la igualdad entre quienes se comunican. Sin embargo, esa igualdad la hemos perdido, pasamos la vida clasificándonos, dando prioridad a unos más que a otros, y menospreciando a quienes percibimos inferiores.

Hemos seleccionado incluso a quienes pueden o no escucharnos. Si no seleccionáramos y aprendiéramos a escuchar con el corazón, seríamos cada vez más sensibles, más no es así siempre y pretendemos esconder nuestra sensibilidad, para no mostrarnos débiles ante los demás.

Solemos confundir conocimiento con sabiduría. El conocimiento, al que más valor otorgamos, es exclusivo de la mente; un computador lo puede almacenar en grandes cantidades, más que cualquier ser humano. Y esa parte sabia, la que viene del corazón, la que tiene que ver con la sensibilidad y la intuición, la que nos hace únicos y realmente importantes, es la que más ha perdido valor, la que dejamos pasar inadvertida.

La Sensibilidad es un factor muy importante en la comunicación, es la habilidad de Sentir conscientemente, no sólo nuestros sentimientos, sino también los de nuestro interlocutor.

Se trata de VER más allá de lo que se puede percibir con los sentidos. Esta visión te permite descubrir en los "defectos" de los demás una herida que aún no ha sanado, y en sus agresiones hacia ti, una petición de Amor.


Autor: Anónimo



Debemos hacer un mejor uso de las habilidades de comunicación, porque como seres sociales, es continuo nuestro envío y recepción de mensajes y conducta, verbal y no verbal. Nuestra mayor falta de comunicación es que no sabemos escuchar, menospreciando a los demás cuando no entendemos, comprendemos o le damos sentido a lo que nos quieren decir.

El Joven Que Quería Cambiar El Mundo (575)

02 enero 2010

Hubo una vez un joven que quería cambiar al mundo, que predicó su filosofía y su verdad en los mejores años de su vida pero veía que sus esfuerzos eran vanos.

De pronto decidió continuar, ya no con el mundo, sino con su país.

Ahí hablaban su mismo lenguaje y le entenderían mejor y además, si lograba cambiar a su país cambiaría al mundo.

Así pues los años siguientes se dedicó a recorrerlo y obtuvo el mismo resultado, todo esfuerzo de cambio fue inútil.

Recapacitó y decidió que tenía que empezar por su ciudad natal, ahí conocía bien las costumbres y creencias y, al cambiar a su ciudad cambiaría a su país y después al mundo.

En este momento era ya un hombre y recorrió su ciudad confiando en que, por su experiencia, los demás lo seguirían, pero el resultado fue igualmente negativo.

Siendo ya un anciano recapacitó y pensó que en toda su vida había vivido en un error, que debió haber empezado por su familia, y así cambiando a su familia cambiaría a su ciudad, a su país y por último al mundo.

Y fue así como dedicó los años que le quedaban de vida, tratando de cambiar a la gente más cercana a él, con los mismos resultados, el cambio jamás se gestó.

Ya en su lecho de muerte le sobrevino este pensamiento:

¡Me equivoqué siempre, si hubiera empezado por mí, mi familia hubiera cambiado, y mi ciudad, y mi país y mi mundo!

¿Y tú hasta cuándo vas a esperar para cambiar?


Autor: Anónimo



Nos quejamos y nos lamentamos, pero hacemos poco o nada por cambiar, cuando el cambio debe empezar por uno mismo, sin excusas.

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