Por Qué Se Miente (833)

21 febrero 2012

Las personas de cada país parecen tener ciertas características generales, lo que se llama la idiosincrasia. Hay que tener cuidado cuando se hacen este tipo de reflexiones, pues son una generalización y, obviamente, cada persona es distinta. Suelen sacarse promedios estadísticos de diversos aspectos, pero no podemos encontrar un ciudadano específico que represente ese promedio. En ese sentido es una ficción, pero que puede guiarnos a sacar algunas conclusiones generales.

Hay países donde, como en el que habito, la gente, en general, miente. Acabo de saber de un estadounidense que ha publicado un libro de cómo hacer negocios en este país. Y uno de los aspectos que destaca es que las personas casi nunca dicen no. Responden con “me interesa mucho”, “te llamo por teléfono”, “creo que podremos hacer negocios”, etc. Y que después nunca más aparecen. No se atreven a decir “no me interesa”, “no creo que pueda hacer ese negocio” u otra respuesta similar.

Si la gente miente en cosas tan importantes como la posibilidad de hacer negocios con una empresa del extranjero, más aún lo hace en la vida cotidiana. Hasta tal punto que nunca se sabe realmente lo que la persona quiere decir o piensa. Un “nos vemos pronto”, “un día podemos reunirnos para almorzar con la familia”, “ven cuando quieras”, “si alguna vez necesitas de mí llámame...”, etc., puede significar simplemente que no sabremos más de esa persona.

Tales comportamientos se reproducen también en el hogar y los hijos, mucho más inteligentes y perspicaces de lo que se cree, se dan rápidamente cuenta de esto. Se les enseña a decir la verdad, pero ven un comportamiento totalmente distinto en los adultos.

Hay muchas causas para este tipo de comportamiento, pero la principal es la inseguridad y falta de confianza en sí mismo. Se teme especialmente no ser aceptado por los demás si se expresa asertivamente y en oposición a lo que el otro espera. Depender de la opinión y aceptación de los demás es un claro signo de baja autoestima, bajo autoconcepto y falta de confianza en sí mismo.

El mentir habitualmente crea además desconfianza de los demás. Se transforma en una persona poco creíble y poco confiable. Indudablemente, nos irá mucho mejor en la vida si los demás saben que pueden contar con uno. Si nuestro sí es sí y si nuestro no es no. Es mejor saber que la otra persona no está dispuesta a hacer algo o a comprometerse que recibir un sí, esperar que cumpla, y darse cuenta que no lo hará. Es mejor saber que alguien no puede hacer algo, porque nos permite buscar una alternativa.

A la larga, decir la verdad es más rentable. Atrévete a dar tus opiniones, a manifestar tu punto de vista. Tienes el derecho y el deber de pensar diferente. Comprométete a hacer algo cuando estés seguro de hacerlo. Los demás te agradecerán cuando avises a tiempo que no podrás cumplir una tarea. Además, estarás dando mejor ejemplo a tus hijos y dándoles mejores herramientas para una vida más exitosa.

Respeta las ideas ajenas y los demás aprenderán a respetar las tuyas.


Autor: Sergio Valdivia

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