Walter Scott (144)

19 septiembre 2008

Un magnífico ejemplo de honor en los negocios fue el que dio Sir Walter Scott, el gran novelista histórico, el autor de Kenilworth, Ivanhoe y El Talismán. Por ayudar a dos antiguos compañeros de colegio. El escritor invirtió algún dinero en una gran empresa para vender libros. Vino una depresión económica y la empresa quebró, quedándole la enorme deuda.

Aunque Scott no estaba obligado por la ley, y a pesar de que no disfrutaba de buena salud, Sir Walter vendió su linda casa de campo, "Abbotsford", y dedicó lo que resultó ser el resto de su vida, a pagar a todos los acreedores escribiendo nuevos libros. Le tomó siete años el hacerlo, y luego murió.

Uno de sus biógrafos dijo: "La salud y la vida no le parecieron un precio demasiado alto para pagar, por su propio respeto. Ciertamente fue tan gran caballero como cualquiera de los héroes de sus libros.


Autor: Anónimo



Encarar los problemas sin perder la autoestima y la dignidad es un distinguido gesto de honradez y distinción.

Un héroe entraña que su único juez es su propio honor.

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