No me des todo lo que pida; a veces yo sólo pido para ver cuánto puedo obtener.
No me des siempre órdenes; si me pidieras las cosas con cariño, yo lo haría más rápido y con más gusto.
Cumple las promesas buenas o malas; si me ofreces un premio, dámelo... pero también un castigo si me lo merezco.
No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o mi hermana; si tú me haces lucir peor que los demás, entonces seré yo quien sufra.
No me corrijas mis faltas delante de nadie; enséñame a mejorar cuando estemos solos.
No me grites; te respeto menos cuando lo haces, me enseñas a gritar también a mí y no quiero hacerlo.
Déjame valerme por sí mismo; si tú haces todo por mí yo nunca aprenderé.
No digas mentira delante de mí, ni me pidas que la diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro; me haces sentir mal y perder la fe en lo que dices.
Cuando yo hago algo malo, no me exijas que te diga el por qué, pues a veces ni yo mismo lo se.
Cuando estés equivocado en algo, admítelo para que crezca la opinión que yo tengo de ti, y así me enseñarás a admitir mis equivocaciones.
Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus amigos; ya que, aunque seamos familia, podemos ser amigos también.
No me digas que haga una cosa que tú no haces; yo aprenderé y haré siempre lo que tú hagas, aunque no lo digas, pero nunca lo que tú digas y no hagas.
Enséñame a conocer y amar a Dios; pero de nada vale si yo veo que tú no lo conoces, ni lo amas.
Cuando te cuente un problema mío, no me digas: "No tengo tiempo para boberías" o "Eso no tiene importancia"; trata de comprender y ayudarme.
Quiéreme mucho y dímelo; a mi me gusta oírlo, aunque tú creas que no es necesario que me lo digas.
Autor: Anónimo
A veces nos olvidamos que los niños son niños y de que los niños quieren ver en sus padres un héroe cada día. Un héroe del día a día, del que estar orgulloso.
Pautas de valores y principios para retomar el rumbo perdido o resquebrajado a veces en las relaciones familiares. No hay nada más importante que un hogar. Sin un hogar todo lo demás irá perdiendo su valor, es solo cuestión de tiempo.
Los hijos se educan en casa, no en la escuela ni en el instituto. Para tener un buen hijo se ha de ser antes buen padre. Seguramente recordaras de tu infancia como te hubiera gustado de te inculcaran, explicaran, enseñaran... determinados valores y principios que aprendiste de la vida entrando en la etapa o en plena madurez. Sé generoso en compartirlo con tus hijos, ellos todavía son muy jóvenes y no tienen tu experiencia.
No dejes de mejorar tu relación con tus hijos. No hace tanto tiempo tu estuviste en su misma situación...
No me des siempre órdenes; si me pidieras las cosas con cariño, yo lo haría más rápido y con más gusto.
Cumple las promesas buenas o malas; si me ofreces un premio, dámelo... pero también un castigo si me lo merezco.
No me compares con nadie, especialmente con mi hermano o mi hermana; si tú me haces lucir peor que los demás, entonces seré yo quien sufra.
No me corrijas mis faltas delante de nadie; enséñame a mejorar cuando estemos solos.
No me grites; te respeto menos cuando lo haces, me enseñas a gritar también a mí y no quiero hacerlo.
Déjame valerme por sí mismo; si tú haces todo por mí yo nunca aprenderé.
No digas mentira delante de mí, ni me pidas que la diga por ti, aunque sea para sacarte de un apuro; me haces sentir mal y perder la fe en lo que dices.
Cuando yo hago algo malo, no me exijas que te diga el por qué, pues a veces ni yo mismo lo se.
Cuando estés equivocado en algo, admítelo para que crezca la opinión que yo tengo de ti, y así me enseñarás a admitir mis equivocaciones.
Trátame con la misma amabilidad y cordialidad con que tratas a tus amigos; ya que, aunque seamos familia, podemos ser amigos también.
No me digas que haga una cosa que tú no haces; yo aprenderé y haré siempre lo que tú hagas, aunque no lo digas, pero nunca lo que tú digas y no hagas.
Enséñame a conocer y amar a Dios; pero de nada vale si yo veo que tú no lo conoces, ni lo amas.
Cuando te cuente un problema mío, no me digas: "No tengo tiempo para boberías" o "Eso no tiene importancia"; trata de comprender y ayudarme.
Quiéreme mucho y dímelo; a mi me gusta oírlo, aunque tú creas que no es necesario que me lo digas.
Autor: Anónimo
A veces nos olvidamos que los niños son niños y de que los niños quieren ver en sus padres un héroe cada día. Un héroe del día a día, del que estar orgulloso.
Pautas de valores y principios para retomar el rumbo perdido o resquebrajado a veces en las relaciones familiares. No hay nada más importante que un hogar. Sin un hogar todo lo demás irá perdiendo su valor, es solo cuestión de tiempo.
Los hijos se educan en casa, no en la escuela ni en el instituto. Para tener un buen hijo se ha de ser antes buen padre. Seguramente recordaras de tu infancia como te hubiera gustado de te inculcaran, explicaran, enseñaran... determinados valores y principios que aprendiste de la vida entrando en la etapa o en plena madurez. Sé generoso en compartirlo con tus hijos, ellos todavía son muy jóvenes y no tienen tu experiencia.
No dejes de mejorar tu relación con tus hijos. No hace tanto tiempo tu estuviste en su misma situación...
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