Mientras maduro en edad, valoro a las mujeres que pasan de los 30, más que a todas. Aquí hay unas pocas razones:
Una mujer de más de 30 nunca te despertará en medio de la noche para preguntarte: ¿En qué piensas?… No le importa lo que piensas.
Si una mujer de más de 30 no quiere ver un juego de pelota, no se sienta a quejarse. Hace algo que le entretenga. Y, usualmente, es más interesante que el partido.
Una mujer de más de 30 se conoce a sí misma lo suficiente para saber quién es, lo que es, lo que quiere y de quien.
A pocas mujeres de más de 30 les importa un bledo lo que tú puedas pensar sobre ellas o lo que hacen.
Una mujer de más de 30 es digna. Difícilmente se pondría a gritarte en el teatro o en el medio de un restaurante caro. Pero por supuesto, si lo mereces, no dudará en matarte, si cree que puedes salirte con la tuya.
Las mujeres adultas son generosas con los piropos, muchas veces inmerecidos. Ellas saben lo que es no ser apreciadas.
Una mujer de más de 30 tiene la confianza de presentarte a sus amigas. Una mujer joven con un hombre, muchas veces ignorará hasta a su mejor amiga, porque no confía en el tipo.
Una mujer de más de 30 no le importa si te atraen sus amigas, porque ella sabe que sus amigas no la traicionarán.
Las mujeres de más de 30 ¡son brujas! Nunca tendrás que confesarles tus pecados, ellas siempre los saben.
Una mujer de más de 30 se ve bien con pintura de labios color rojo brillante. No pasa igual con las más jóvenes y los trasvestis. Una vez superadas una arruga o dos, una mujer de más de 30 es mucho más sexy que sus contrapartes más jóvenes.
Las mujeres mayores son directas y honestas Te dirán de inmediato si eres un idiota, o si estás actuando como tal. Siempre sabrás donde estás parado con ellas.
Sí, adoro a las mujeres de más de 30 por múltiples razones. Desafortunadamente no es recíproco. Por cada deslumbrante, inteligente y bien puesta mujer de más de 30 hay un calvo barrigón con pantalones curtidos viéndose como un idiota con una muchachita de 22 años.
Damas, mis disculpas.
Autor: Andy Rooney
A partir de los 30 aunque falta mucho por dar y amar, una enfrenta la vida en una actitud diferente.
Una mujer de más de 30 nunca te despertará en medio de la noche para preguntarte: ¿En qué piensas?… No le importa lo que piensas.
Si una mujer de más de 30 no quiere ver un juego de pelota, no se sienta a quejarse. Hace algo que le entretenga. Y, usualmente, es más interesante que el partido.
Una mujer de más de 30 se conoce a sí misma lo suficiente para saber quién es, lo que es, lo que quiere y de quien.
A pocas mujeres de más de 30 les importa un bledo lo que tú puedas pensar sobre ellas o lo que hacen.
Una mujer de más de 30 es digna. Difícilmente se pondría a gritarte en el teatro o en el medio de un restaurante caro. Pero por supuesto, si lo mereces, no dudará en matarte, si cree que puedes salirte con la tuya.
Las mujeres adultas son generosas con los piropos, muchas veces inmerecidos. Ellas saben lo que es no ser apreciadas.
Una mujer de más de 30 tiene la confianza de presentarte a sus amigas. Una mujer joven con un hombre, muchas veces ignorará hasta a su mejor amiga, porque no confía en el tipo.
Una mujer de más de 30 no le importa si te atraen sus amigas, porque ella sabe que sus amigas no la traicionarán.
Las mujeres de más de 30 ¡son brujas! Nunca tendrás que confesarles tus pecados, ellas siempre los saben.
Una mujer de más de 30 se ve bien con pintura de labios color rojo brillante. No pasa igual con las más jóvenes y los trasvestis. Una vez superadas una arruga o dos, una mujer de más de 30 es mucho más sexy que sus contrapartes más jóvenes.
Las mujeres mayores son directas y honestas Te dirán de inmediato si eres un idiota, o si estás actuando como tal. Siempre sabrás donde estás parado con ellas.
Sí, adoro a las mujeres de más de 30 por múltiples razones. Desafortunadamente no es recíproco. Por cada deslumbrante, inteligente y bien puesta mujer de más de 30 hay un calvo barrigón con pantalones curtidos viéndose como un idiota con una muchachita de 22 años.
Damas, mis disculpas.
Autor: Andy Rooney
A partir de los 30 aunque falta mucho por dar y amar, una enfrenta la vida en una actitud diferente.
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