Yo soy importante porque soy yo.
Sé que valgo mucho y que tengo muchas virtudes que aún no he descubierto. Soy parte de las personas privilegiadas y lo tengo todo para triunfar, aunque también sé que tengo defectos, los cuales me esforzaré por superar.
Sé que con valor para enfrentar los problemas, disciplina para formar buenos hábitos, preparación para adquirir los conocimientos y sabiduría, dedicación y constancia para perseguir mis metas, lograré realizar todo lo que me proponga.
Debo perseguir mis sueños sin hacer castillos en el aire, puesto que sólo con mi esfuerzo podré realizarme como humano y como mujer. No dejaré que aquellos que van en dirección contraria al éxito me arrastren con ellos.
No le temeré a la vida, ni a las situaciones que se me presenten, por muy difícil que aparenten ser. Enfrentaré los retos que se opongan a mi objetivo final: una vida plena, llena de satisfacciones personales y lo más activa posible.
Me prometo luchar por sobresalir, sin romper o descuidar los lazos que me unen con mis amigos y familiares; dedicarme tiempo para mí, no olvidándome de los demás, y luchar con todos mis ánimos para mi bienestar personal y el de los seres que quiero.
Me ocuparé de mis deberes y cumpliré mis funciones cabalmente, tratando siempre de aportar algo extra en mi trabajo. Cultivaré la amistad sincera y no permitiré que la hipocresía corrompa mi ser. Trataré siempre de ayudar a mi prójimo, sin fijarme lo que él hace por mí.
Le dedicaré una sonrisa a toda persona que encuentre en la calle. No olvidaré que una pizca de alegría es necesaria para vivir. Mantendré contacto con los niños y me contagiaré de su entusiasmo para mantenerme joven de corazón.
Sobre todo no olvidaré lo importante que soy y cuantas personas me quieren y confían en mí. Siempre mantendré mi confianza en mi misma y fe en Dios, para ser lo que desde un principio es mi destino: UNA TRIUNFADORA.
Autor: Anónimo
Los elementos y actitudes necesarios para obtener resultados victoriosos en nuestra conquista del día a día, ya los tenemos a nuestra disposición porque son parte de nosotros. Sólo depende de nosotros el uso que hagamos de ellos.
Sé que valgo mucho y que tengo muchas virtudes que aún no he descubierto. Soy parte de las personas privilegiadas y lo tengo todo para triunfar, aunque también sé que tengo defectos, los cuales me esforzaré por superar.
Sé que con valor para enfrentar los problemas, disciplina para formar buenos hábitos, preparación para adquirir los conocimientos y sabiduría, dedicación y constancia para perseguir mis metas, lograré realizar todo lo que me proponga.
Debo perseguir mis sueños sin hacer castillos en el aire, puesto que sólo con mi esfuerzo podré realizarme como humano y como mujer. No dejaré que aquellos que van en dirección contraria al éxito me arrastren con ellos.
No le temeré a la vida, ni a las situaciones que se me presenten, por muy difícil que aparenten ser. Enfrentaré los retos que se opongan a mi objetivo final: una vida plena, llena de satisfacciones personales y lo más activa posible.
Me prometo luchar por sobresalir, sin romper o descuidar los lazos que me unen con mis amigos y familiares; dedicarme tiempo para mí, no olvidándome de los demás, y luchar con todos mis ánimos para mi bienestar personal y el de los seres que quiero.
Me ocuparé de mis deberes y cumpliré mis funciones cabalmente, tratando siempre de aportar algo extra en mi trabajo. Cultivaré la amistad sincera y no permitiré que la hipocresía corrompa mi ser. Trataré siempre de ayudar a mi prójimo, sin fijarme lo que él hace por mí.
Le dedicaré una sonrisa a toda persona que encuentre en la calle. No olvidaré que una pizca de alegría es necesaria para vivir. Mantendré contacto con los niños y me contagiaré de su entusiasmo para mantenerme joven de corazón.
Sobre todo no olvidaré lo importante que soy y cuantas personas me quieren y confían en mí. Siempre mantendré mi confianza en mi misma y fe en Dios, para ser lo que desde un principio es mi destino: UNA TRIUNFADORA.
Autor: Anónimo
Los elementos y actitudes necesarios para obtener resultados victoriosos en nuestra conquista del día a día, ya los tenemos a nuestra disposición porque son parte de nosotros. Sólo depende de nosotros el uso que hagamos de ellos.
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